Por Inocencio García Javier
26 de febrero de 2023.
El 12 de diciembre de 2022 el gobierno dominicano introdujo el “Proyecto ley Integral de Trata, Explotación y Tráfico Ilícito de Migrantes”, el cual al ser conocido públicamente generó el rechazo unánime de toda la sociedad dominicana.
El artículo 2 sobre la Soberanía popular de la constitución dominicana del 26 de enero del año 2010 dispone que “la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce por medio de sus representantes o en forma directa, en los términos que establecen esta Constitución y las leyes”.
El canciller del presidente Luis Abinader, en la continuidad de su defensa al indicado proyecto de ley, mediante el intento de sostener una polémica con el ex presidente de la República, doctor Leonel Fernández, principal líder de la oposición, está mostrando tres conductas públicas preocupantes para el alto puesto que ocupa:
Una, que el gobierno viola el espíritu y la letra de lo consignado en el artículo 2 sobre la Soberanía popular, toda vez que presta oídos sordos ante el clamor popular.
Dos, que gobierno sigue en el triste papel de insistir en la defensa de un proyecto a todas luces antinacional como lo es el natimuerto proyecto rechazado con firmeza y determinación por todos los sectores de la sociedad dominicana; y tres, que no muestra vergüenza pública al no realizar ningún esfuerzo por disimular la traición al pueblo dominicano.
En su primer artículo de opinión (LD, 13/02/23), el señor canciller, en condición de político vocero del PRM, evitó referirse a la cuestión central de la refutación realizada por el ex presidente Leonel Fernández, que es la del ‘principio de No Devolución’ de inmigrantes ilegales.
Extraña insistencia en un principio que ignora la inédita crisis por la que está atravesando Haití; y en adición a esto, introducir una carga impositiva que iba a recaer sobre los hombros de todos los dominicanos.
Para que veamos que este es el gobierno de la improvisación, el dislate y las meteduras de pata, el propio director del Instituto Nacional de Migración (INM) doctor Wilfredo Lozano, después de decir que hace un año recomendó separar los temas de tráfico y trata y no mezclarlo, afirmó, con asombro, lo siguiente: “Primero el principio de que no se podía deportar y lógicamente, eso era un llamado para que se metieran más y que alegaran que son perseguidos y se le pudiera acoger y darle estatus de refugiados.
Y el segundo punto, que no sé a quién se le ocurrió eso, por ser absurdo, de crear un mecanismo de acopio de recursos a base de un impuesto a todas las empresas o persona física para crear una serie de privilegios para esos posibles acogidos. Cosa que no tienen miles de dominicanos como trabajo, vivienda, salud y educación” (elcaribe.com.do; versión electrónica, sábado 25 febrero, 2023).
La revelación del doctor Lozano de que hace un año realizó las recomendaciones con respecto al desgraciado proyecto del gobierno, es una evidencia de primer orden -por más que se quiera ocultar, disimular-, para mostrar al país que el mismo no tendría otro interés que no sea el de satisfacer compromisos asumidos con sectores extraños a los intereses del país.
El señor canciller del PRM en su segundo artículo de opinión (LD, 25/02/23) señala que “Me llama poderosamente la atención que él (el ex presidente Fernández, IGJ) no propone de qué forma debería modificarse el anteproyecto para estar acorde con su interpretación del derecho nacional e internacional [..]”.
Este argumento es sorprendente, primero, porque le pide al líder de la oposición, el doctor Leonel Fernández, que realice una tarea técnica que ya ha sido realizada por el Instituto Nacional de Migración hace un año y a la que no se le hizo caso; y segundo, es una muestra más de que en el gobierno cada quien anda suelto.
El gobierno del presidente Luis Abinader, a través de su canciller, insiste, una vez más, en intentar desconocer que el país enfrenta uno de sus mayores desafíos existenciales, como es el colapso del Estado haitiano. Si le sumamos a ese acontecimiento histórico la crisis geopolítica que representa la guerra Rusia-Ucrania-Occidente, la única respuesta posible a esa sospechosa conducta es que nos encontramos frente a un gobierno que hipotecó desde su inicio la política exterior del país.
Ya toda la sociedad dominicana sabe, porque rechazó el natimuerto proyecto con toda su energía dominicanista, que el propósito avieso, es decir, lo que está torcido y fuera de regla es el gobierno del presidente Luis Abinader y nunca la defensa de los mejores intereses del pueblo dominicano que mostró ex presidente Leonel Fernández durante sus tres ejercicios de gobierno y en su ejercicio político como líder de la oposición
Estamos convencidos que si el canciller de la República y el gobierno del presidente Luis Abinader insisten en defender lo indefendible es porque, definitivamente, pretenden ocultarle al país algo muy grave.
