Varios vagones de un tren que transportaba materiales volátiles y tóxicos explotaron el 3 de febrero pasado, cuando el vehículo se descarriló en East Palestine, un pequeño pueblo de unos 5.000 habitantes en Ohio, cerca de la frontera con Pensilvania,
Las imágenes del incidente muestran que el convoy de más de 100 vagones, operado por la compañía Norfolk Southern, ya tenía problemas. Un video captó chispas debajo de algunos de los vagones del tren, unos 35 kilómetros antes de llegar al sitio donde ocurrió el descarrilamiento. Según las autoridades, el tren tenía un problema mecánico en los ejes.
¿Es esta una sustancia peligrosa? Según del Departamento de Salud de Ohio, aspirar altos niveles de cloruro de vinilo puede provocar la pérdida de conocimiento o incluso la muerte si la persona no está en un lugar ventilado.
Es un buen aislante, pero muy inflamable y se ha asociado a riesgos de cáncer en el hígado, cerebro, pulmones o en la sangre. De hecho, uno de los problemas es que puede contaminar las fuentes de agua.
La Agencia para la Seguridad en el Transporte está investigando el incidente, mientras la Agencia Federal del Medio Ambiente sigue evaluando la calidad del aire y del agua.
Más de 290 hogares, las escuelas y la biblioteca de East Palestine se habían inspeccionado hasta este domingo, sin que se detectaran restos del cloruro de vinilo.
Sin embargo, algunos residentes han experimentado dolores de cabeza y náuseas. También dicen haber visto peces y ranas muertas en el área.
La manera en que un reportero fue retirado por la policía de una conferencia de prensa del gobernador de Ohio sobre este asunto generó polémica y se abrió una investigación al respecto.
En este contexto, no faltaron algunos usuarios en redes sociales que opinaron se quería ocultar información del caso.
A esto se añade que el año pasado Netflix rodó en esa región una película llamada “White Noise” y que parece una premonición. La producción narra cómo una familia intenta escapar de una nube tóxica tras un accidente ferroviario.
Ben Ratner, residente de East Palestine, fue uno de los extras de la película. Y ahora ha visto cómo la ficción imita a la realidad ya que junto con su familia vive justo en la ciudad donde ocurrió el descarrilamiento.
“Hay nuevas cosas ahora que, creo, que son el problema y que van a ser el problema en el largo plazo. Dicen que hay 10 químicos, hay en realidad 10 químicos volátiles, pero hay casi unos 20 químicos en realidad en el tren. Uno de los más importantes que se perdió fue el depósito de aceite lubricante de petróleo. Cada contenedor lleva 30.000 galones, y hay dos contenedores de ese tipo que todavía no se han encontrado, y eso supone 60.000 galones de aceite lubricante de petróleo que está siendo derramado en nuestros suelos locales», dijo Ratner.
Este padre de cuatro hijos, quien además tiene un negocio en la localidad, cree que deberían hacerse más exámenes en el suelo y en el agua para evaluar así los riesgos.