Los aranceles del «Día de la Liberación» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se han abatido sobre países que dependen en gran medida de la exportación de prendas de vestir y textiles de bajo coste a Estados Unidos. Sin embargo, aunque parece improbable que los gravámenes traigan de vuelta las fábricas textiles a Estados Unidos, podrían ser devastadores para millones de trabajadores de la confección con bajos salarios que ya viven al día.

Ante la presión arancelaria de Trump, la explotación sobre los trabajadores textiles podría aumentar
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