Simeón Arredondo, poeta, ensayista y gestor cultural, nativo de la región Este de la República Dominicana, dedicó un Canto a los Poetas dominicanos y de todos los lugares geográficos del orbe en el programa Ilusiones y Poesía d/f 20/10/2024.
En la República Dominicana se conmemora el 21 de octubre como el Día de la Poesía.
https://www.youtube.com/clip/UgkxTx6_o1uGVocQc_COMAD6vOpUemNWucaJ.
Canto a los poetas
Quise cantar al amor,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa…”
Sugirió Dulce María Loynaz.
Quise cantar al dolor,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!”
Se lamentó Vallejo.
Quise cantar a la vida,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida”.
Celebró Amado Nervo.
Quise cantar a la muerte,
y ya lo habían hecho los poetas.
“En el instante un ansia suprema de claveles,
y en el paisaje un trágico horizonte de piedra”.
Pronosticó Julia de Burgos.
Quise cantar a la risa,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa”.
Imploró Neruda sonriente.
Quise cantar al llanto,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Llueve sobre el camino
y voy buscando el sitio
donde mis lágrimas han caído”.
Lloró Huidobro.
Quise cantar a la paz,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Vendrá un día más puro que los otros:
estallará la paz sobre la tierra
como un sol de cristal”.
Pronosticó Jorge Carrera Andrade.
Quise cantar a la libertad,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Para la libertad, sangro, lucho, pervivo”.
Susurró Miguel Hernández desde la prisión.
Quise cantar al pueblo,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Hay
un país en el mundo
donde un campesino breve,
seco y agrio
muere y muerde
descalzo
su polvo derruido,
y la tierra no alcanza para su bronca muerte”.
Denunció Pedro Mir.
Quise cantar a la luna,
y ya lo habían hecho los poetas.
“La luna tiene dientes de marfil.
¡Qué vieja y triste asoma!”
Se oyó decir a Lorca.
Quise cantar a la mar,
y ya lo habían hecho los poetas.
“En sueños la marejada
me tira del corazón”.
Escribió Rafael Alberti.
Quise cantar al vino,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Por el aire se pierde el canto del último ruiseñor.
El perfume del vino, ahora, es más ligero”.
Invitó Omar Khayyam.
Quise cantar a la poesía,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!”
Sentenció Bécquer.
Quise cantarme a mí mismo,
y ya lo habían hecho los poetas.
“Me celebro y me canto a mí mismo. (…)
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos”.
Cantó Walt Whitman.
Al mismo Dios quise cantar,
y ya lo habían hecho los poetas.
“¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!”
Exclamó Machado en Andalucía.
Quise escapar con el eco,
aplaudir el silencio,
navegar por el tiempo,
desnudar la soledad,
cantar al agua, al fuego,
al aire, al viento.
Y ya lo habían hecho los poetas.
Entonces,
Cuando quiero cantar
al amor, al dolor, a la vida, a la muerte.
Canto a los poetas.
Cuando quiero cantar
a la risa, al llanto, a la paz, a la libertad,
canto a los poetas.
Cuando quiero cantar
al pueblo, a la luna, a la mar,
canto a los poetas.
Cuando quiero cantar
a la poesía, o a mí mismo,
canto a los poetas.
Y para cantar
al temblor, al deseo, al rocío, al pentagrama,
canto a los poetas.
Y para cantar
a las mariposas, a las olas, a las estrellas,
canto a los poetas.
Y para cantar
a la alegría, a la belleza, a la lluvia, a la palabra,
canto a los poetas.
Y para cantar
a los pinos, a los ríos, a los pájaros,
canto a los poetas.
Estoy convencido.
Para cantar al mismo Dios,
canto a los poetas.
Cantando a los poetas,
no recuerdo si lo soñé o si es cierto;
pero he visto a Borges, a Rubén Darío
y a Rosalía de Castro
susurrando versos,
fundidos en un abrazo.
Ciertamente estoy convencido,
venero y
canto a los poetas.
Simeón Arredondo.
30 de junio del 2024.