¡Cuántas preguntas nos surgen cuando estamos frente al mar!: ¿cuánto tiempo tiene el mar? El mar encierra tantos misterios, que nos resulta difícil sustraernos a la meditación, si con aguas apacibles y tranquilas que nos reflejan la paz, o bravío o tormentoso, nos deslumbra.
¿Cuántos secretos encierran sus profundidades? ¿cuántos sueños acariciados? ¿cuántas pesadillas? ¿cuánto dolor en aquellos barcos de esclavos, secuestrados de su tierra? ¡cuánta injusticia, cuán grande es el mar!
Una gran cantidad de poetas han encontrado en el mar una fuente infinita de inspiración, su belleza, sus sonidos, sus colores producen deleite a la vez que cuestionan.
Aitor Castells, poeta barcelonés, le pregunta al inmenso Neruda: “¿Cómo cupo todo el mar en una silaba?”, a Juan Ramón Jiménez el descubrimiento del mar le motiva a escribir versos…
“En ti estás todo, mar, y, sin embargo, ¡que sin ti estás, ¡qué solo, ¡qué lejos, siempre, de ti mismo! …tus olas van, como mis pensamientos, y vienen, van y vienen…”
Pablo Neruda, fue un eterno enamorado del mar desde que lo descubrió al salir de Carahue el Cautín a su desembocadura y en los barcos de rueda comenzaron los sueños y la vida a detenerse y dejarle preguntas en sus pestañas … y cuando el mar de entonces se desplomó como una torre herida, se le agrandó la patria… se le extendió su vida con un golpe de mar, en el espacio. (“El primer mar”, de P. Neruda)
El mar para Neruda era un Maestro de Música y de Conciencia, se interrogaba el poeta:
¿y cómo se hace el mar?
El grande escritor uruguayo Eduardo Galeano contó que cuando el padre del niño Diego
lo llevó al Sur para que la descubriera, al verla, quedó mudo y cuando pudo hablar temblando, tartamudeando, le dijo a su papá… —¡Ayúdame a mirar!,
Jorge Luis Borges en su poema Mar… se interroga: “antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era. ¿Quién es el mar? ¿Quién es el mar, quién soy?»
“El mar no ha aprendido a descansar” Derek Walcott, de (Cabeza de playa, el viajero afortunado)
José Hierro, en su poema “Junto al mar” expresaba que al morir lo pusieran desnudo junto al mar, el mar, para él es un jardín.
En una ocasión vino un primo, emigrante por décadas a los Estados Unidos, en Boca Chica me dijo que quería morir frente a esa playa hermosa de Santo Domingo o en Seaside, de New Jersey.
José Mármol, laureado y admirado poeta, Premio XII Casa de América de Poesía Americana, en el año 2012, en «Lenguaje del mar”; cincuenta y cuatro poemas inspirados en el mar y sus misterios, se interroga: ¿Qué es entonces el mar?, en ‘Azul de mar’ nos lleva al recuerdo de los versos del Poeta de la Patria Gaston Fernando Deligne :
“Es el azul de su anhelo, progresista clara enseña, color con que el alma sueña, cuando sueña con el cielo” Mármol considera el Azul cielo, el Azul mar como el color de la perfección divina, en el poema ‘Cuerpo de playa’, personifica al mar con necesidades propias del cuerpo humano de ser tocado, admirado; el poeta en su poética piensa en las “Casuchas”, indignas donde habitan niños famélicos que a pesar de tener padres que trabajan con mucho esfuerzo, la paga de su trabajo no les permite ofrecerles una vida digna.
“Un niño pobre sabe de su agonía en silencio…el hombre, cansado, ha llegado del trabajo…detenida la ira de las aguas de mayo, quiso Dios. No ha quedado nada, a no ser desolación”.
“Foto de una barca de pesca”, expresa la sensibilidad poética hacia los náufragos quienes en busca de alimentos y de sueños, se lanzan a la mar y son atrapados por ‘el pasadizo lúgubre de los naufragios’ se interroga: “Adónde habrán de ir a morir como las penas/ navegaron el torso del abismo, para nada”
“Amor fugaz de puertos y astilleros” nos retrata imágenes de amores de seres solitarios que, al calor de la noche inmensa, el olor a la caña y el ron de juerga surge ‘endiablado amor’ de arrecifes y de orillas.
Pablo Neruda estampa esos encuentros amorosos de los marineros en los puertos:
“Amo el amor de los marineros que besan y se van.
Dejan una promesa, no vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera;
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte en el lecho del mar”.
“En cada puerto, un amor” dice el refrán popular, es comprensible que después de pasar mucho tiempo navegando en las profundidades oceánicas, cuando llegan los marineros a los puertos, mareados por el vaivén de las olas del mar, lleguen ansiosos de vincularse emocionalmente y surjan los amores, que obviamente, serán breves, hay que emprender de nuevo el viaje, en otros puertos les esperan …
En ‘Tempestad’ el poeta nos dice que las olas del mar cuentan historias y leyendas del mar.
FELIZ DIA MUNDIAL DE LA POESÍA 21 DE MARZO DE 2025.