BOSTON (AP) — La gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, declaró estado de emergencia el martes por la continua llegada de inmigrantes que requieren alojamiento en un momento en el que el costo de las viviendas, ya de por sí escasas, sigue aumentando.
Actualmente hay más de 20.000 individuos, muchos de ellos migrantes, que viven en albergues del estado, incluidos infantes, niños pequeños y embarazadas. Esa cantidad equivale a cerca de 5.600 familias, lo que representa un aumento de 80% respecto a las 3.100 familias de hace un año, señaló Healey.
Muchos de los migrantes están llegando por avión desde otros estados. Tan sólo en las últimas 48 horas, 50 familias de migrantes han aterrizado en el estado y tienen necesidad de albergue, señaló la gobernadora.
“Es exponencialmente más de lo que nuestro estado ha atendido en nuestro programa de ayuda de emergencia”, dijo. “Estas cifras están siendo impulsadas por un aumento en los recién llegados a nuestro país, quienes han pasado por algunos de los viajes más duros imaginables”.
Los migrantes que llegan a Massachusetts son un claro ejemplo de la crisis migratoria internacional y llegan en un momento en que el estado ya está experimentando una escasez de vivienda, dijo Healey.
En una carta dirigida al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, Healey pidió al gobierno federal ayuda económica y, lo que es más urgente, permisos de trabajo expeditos para que los recién llegados puedan encontrar un empleo más rápidamente y empezar a ganarse la vida.
En la misiva, Healey señaló que los permisos de trabajo eran uno de los principales motores de la crisis. Actualmente, comentó, puede tomar semanas, meses e incluso más de un año recibir las autorizaciones.
“Nuestros recién llegados están muy interesados en trabajar. Lo último que quieren es depender de alguien más”, señaló la gobernadora.
Como parte de la declaratoria de emergencia, Healey dijo que volvía a hacer un llamado a las organizaciones locales que puedan ayudar a aquellos que buscan un refugio, así como a los individuos interesados en alojar a una familia en su hogar.
El estado también ha lanzado un nuevo fondo para recaudar dinero para ayudar a los migrantes.
Las contribuciones serán utilizadas para ayudar a pagar por bienes y servicios para los migrantes, como comida, ropa, pañales y transporte, así como exámenes médicos, servicios de traducción, ayuda jurídica y clases de inglés.
Como un estado con derecho a la vivienda, Massachusetts está legalmente obligado a proporcionar refugio a las familias que cumplan los requisitos a través de su programa de ayuda de emergencia.
Geralde Gabeau, directora ejecutiva del Instituto de Servicios para Familias Inmigrantes, ha trabajado con migrantes procedentes de Haití y dijo que están dispuestos a ponerse a trabajar.
“Las nuevas familias que llegan a nuestras comunidades son seres humanos maravillosos”, comentó. “Están dispuestas a trabajar. Están dispuestas a contribuir a nuestras economías”.
Healey y los legisladores estatales deberían rescindir la política estatal de derecho a la vivienda, dijo Paul Diego Craney, de la Alianza Fiscal de Massachusetts, un grupo conservador.
“Tal vez es hora de que la gobernadora haga un viaje a la frontera sur para ver de primera mano la crisis de la frontera sur abierta”, comentó en un comunicado.
Más de 80 ciudades y localidades de todo el estado ya han sentido el impacto de las llegadas de migrantes y apoyan la declaración de emergencia, señaló Geoff Beckwith, director ejecutivo de la Asociación Municipal de Massachusetts.
“Los líderes comunitarios quieren que las agencias estatales y federales intervengan para proporcionar a estas familias los servicios y el apoyo que necesitan para estar sanos y salvos”, comentó
Otros estados también han enfrentado problemas con el creciente número de inmigrantes.
El lunes, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, dio a conocer un plan para albergar a hasta 2.000 migrantes en una isla del río Este, donde el año pasado se había instalado un centro para alojamiento de migrantes que fue desmantelado semanas después.
Algunos estados gobernados por republicanos, como Texas y Florida, han enviado por autobús o por avión a algunos migrantes a estados y ciudades gobernados por demócratas, como California, Massachusetts, Nueva York y Chicago.
El año pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, envió por avión a 49 inmigrantes venezolanos a la exclusiva isla de Martha’s Vineyard, en Massachusetts.