En medio del frío y la devastación, los equipos de rescate en Turquía y el norte de Siria continuaban el martes sus labores a la espera de ayuda internacional tras la mortífera serie de seísmos en los que murieron al menos 5.021 personas en ambos países.
El número de víctimas subió a 3.419 en Turquía, según el último balance oficial de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).
En Siria, el sismo causó 1.602 muertos y 3.548 heridos, según los últimos datos del gobierno y de los socorristas en las zonas rebeldes.
A veces con las manos desnudas, los socorristas continuaron la dramática búsqueda de sobrevivientes durante la noche, desafiando el frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes.
En Hatay, sur de Turquía, los socorrista pudieron rescatar con vida a una niña de 7 años que había quedado bloqueada bajo una montaña de escombros.
“¿Dónde está mi madre?”, dijo en brazos de un socorrista, con un pijama de color rosa manchado de polvo.
Las malas condiciones meteorológicas en la región de Anatolia complican las labores de rescate y ensombrece las perspectivas de los supervivientes, que se calientan en tiendas o en hogueras improvisadas.
La ayuda internacional a Turquía debe empezar a llegar el martes con los primeros equipos de socorristas de lugares como Francia o Catar.