Por Luis Rodriguez Salcedo
El presidente Donald Trump anunció una pausa de 90 días en la imposición de la mayoría de los nuevos aranceles «recíprocos», manteniendo un arancel global del 10% y elevando los aranceles a las importaciones chinas al 125%. Esta decisión se produjo tras una considerable presión de legisladores republicanos y demócratas, así como de líderes empresariales y mercados financieros, que expresaron su preocupación por las posibles repercusiones económicas y políticas de una guerra comercial.
Más de 100 miembros del Partido Republicano firmaron una carta dirigida al presidente Trump, manifestando su «profunda preocupación» por los aranceles propuestos y solicitándole que reconsiderara su postura. Líderes republicanos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, advirtieron sobre las posibles consecuencias económicas adversas y abogaron por un enfoque más específico para abordar las prácticas comerciales desleales, especialmente las de China.
A pesar de estas advertencias, Trump inicialmente desestimó las preocupaciones, afirmando que las guerras comerciales eran «buenas» y «fáciles de ganar». Sin embargo, la creciente oposición dentro de su propio partido y las señales de inestabilidad en los mercados financieros llevaron a la administración a reconsiderar su enfoque. La pausa de 90 días en la mayoría de los aranceles fue vista como una medida para aliviar las tensiones y permitir negociaciones adicionales con socios comerciales clave.
No obstante, Trump aumentó los aranceles a las importaciones chinas al 125%, reflejando tensiones crecientes entre Washington y Pekín. Esta medida generó críticas tanto de legisladores como de expertos en comercio, quienes señalaron la incoherencia y la imprevisibilidad de las políticas comerciales de la administración.
En resumen, la administración Trump enfrentó una presión significativa de legisladores de ambos partidos y de diversos sectores económicos para reconsiderar su enfoque arancelario. Aunque se implementó una pausa temporal en la mayoría de los aranceles, las tensiones comerciales, especialmente con China, continuaron siendo un desafío prominente para la administración.
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