Por Luis Rodriguez Salcedo
Santo Domingo, RD,. Con lágrimas, oraciones y cantos religiosos, decenas de personas se congregaron la noche del miércoles frente a la discoteca Jet Set, escenario de una de las mayores tragedias ocurridas en la historia reciente de la República Dominicana. El pasado martes en la madrugada, el colapso del techo del emblemático local nocturno provocó la muerte de al menos 221 personas y dejó heridas a otras 189.
En un acto cargado de recogimiento y dolor, familiares de las víctimas, amigos, sobrevivientes y ciudadanos consternados acudieron espontáneamente al lugar del siniestro para rendir homenaje a quienes perdieron la vida. En la parte frontal del establecimiento, convertido ahora en un improvisado altar, se encendieron velones, se depositaron flores, se lanzaron globos blancos al cielo y se alzaron oraciones por el descanso eterno de los fallecidos.
“Estamos aquí para acompañar el sufrimiento de tantas familias destrozadas. Esta tragedia no solo les pertenece a ellos, sino a todo el país”, expresó doña Teresa González, quien perdió a su sobrino en el derrumbe.
La vigilia se desarrolló en un ambiente de respeto y silencio, interrumpido por momentos por cantos religiosos entonados por grupos de feligreses, que también repartían velas a los asistentes. Algunos participantes sostenían carteles con mensajes como “Nunca los olvidaremos” y “Justicia para las víctimas”.
La tragedia ha generado una oleada de solidaridad, pero también de cuestionamientos. Mientras la investigación oficial avanza para determinar las causas del desplome y posibles responsabilidades, las autoridades han declarado tres días de duelo nacional.
La discoteca Jet Set, conocida por sus décadas de historia como punto de encuentro de la música en vivo y el entretenimiento nocturno en la capital, ha quedado clausurada indefinidamente. El país sigue conmocionado por la magnitud de la catástrofe, y este acto de homenaje evidencia que el dolor colectivo aún está lejos de cicatrizar.
LRS rodriguezsluism9@gmail.com