Según Ray Kurzweil, exingeniero de Google famoso por sus predicciones, la humanidad podrá alcanzar la inmortalidad en ocho años
Raymond Kurzweil ha acertado el 86% de sus 147 predicciones sobre los avances tecnológicos. Ahora, este exdirector de Ingeniería de Google, científico, músico e inventor, ha afirmado que el ser humano podría alcanzar la inmortalidad en 2030, cuando un ejército de nanobots sea capaz de reparar nuestros cuerpos a nivel celular, haciéndonos inmunes a las enfermedades y al envejecimiento y, eventualmente, a la muerte. También lograremos «cargar» nuestra consciencia, nuestros pensamientos y toda la información de nuestra vida en forma digital.
Kurzweil es conocido por algunos conceptos y “predicciones” verdaderamente certeras: en 1990 predijo que un ordenador sería capaz de vencer a un ser humano jugando al ajedrez para el año 2000, además de describir al detalle cambios tecnológicos como el crecimiento de Internet o el desarrollo de tecnologías inalámbricas, varias décadas antes de su concreción.
Más allá de estas discusiones, la realidad nos muestra que en las últimas décadas los avances tecnológicos han sido extremadamente rápidos y contundentes: la IA y la robótica están presentes prácticamente en todas las áreas de la vida cotidiana, siendo cada vez más influyentes en campos como la industria, las comunicaciones o la salud, entre otros sectores.
Los nanobots, el camino a la inmortalidad
De acuerdo a un artículo de Interesting Engineering y a una publicación en el blog de la ONG The Lifeboat Foundation, Kurzweil cree que para 2030 alcanzaremos un hito fundamental en nuestro progreso tecnológico, y que incluso podrá tener importantes implicaciones psicológicas y filosóficas:la inmortalidad.
La palabra suena muy fuerte para nuestra cosmovisión actual, pero Kurzweil se refiere a hechos concretos y prácticos: el crecimiento exponencial en varios campos, como la genética, la nanotecnología y la robótica, culminarán en el desarrollo de los denominados “nanobots”. Se trata de diminutos robots, de entre 50 a 100 nanómetros de ancho, que circularán por nuestras venas para “reparar” el cuerpo humano.
Serán capaces de superar el deterioro a nivel celular, generar inmunidad a toda clase de enfermedades, detener el envejecimiento, reparar o reemplazar órganos y, en última instancia, hacer que la muerte sea parte del pasado. Además, el especialista estadounidense sostiene que los avances en las interfaces cerebro-ordenador nos permitirán “cargar” nuestra consciencia, nuestros pensamientos y toda la información de una vida en forma digital, preservándola y dejándola disponible para ser “reimplantada” luego de una reparación profunda de los sistemas biológicos.