Haití, junto a el Sahel y Sudán figuran en las zonas de alerta máxima por hambre, y requieren una atención «urgente» de la comunidad internacional, advirtió el lunes la ONU.
«Haití, el Sahel (Burkina Faso y Malí) y Sudán fueron elevados al nivel máximo de preocupación» en lo que concierne a la alimentación de sus poblaciones, indicaron la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en un informe conjunto.
«Esto se debe a las graves restricciones de movimientos de personas y bienes en Haití, así como en Burkina Faso y Malí, además del reciente conflicto en Sudán», explicaron.
La guerra en Sudán, que estalló en abril entre el jefe del ejército y su rival paramilitar, probablemente «tendrá ramificaciones significativas para sus países vecinos», alertó el informe.
Esos cuatro países se unen así a Afganistán, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen en la lista de los que ya estaban en alerta máxima y requieren «la atención más urgente».
Una parte de su población está expuesta al hambre o en riesgo de sufrirla, lo que corresponde a la fase «castástrofe» (fase 5), la más alta de la clasificación de seguridad alimentaria.
El informe examina un total de 18 «puntos calientes» del hambre en el mundo, que comprenden 22 países e intenta trazar una perspectiva a seis meses.
También expresa la preocupación de estas regiones ya frágiles por el posible regreso del fenómeno meteorológico El Niño, que tiene 82% de probabilidades de volver durante el período mayo-julio, según un estudio citado por el informe.
El Niño suele estar asociado a un aumento de temperaturas, el agravamiento de la sequía en algunas partes del mundo y lluvias torrenciales en otras.
«Este cambio en los patrones meteorológicos puede tener implicaciones significativas para diferentes regiones del mundo», y en particular para «varios focos de hambre», temen la FAO y el PMA.