Resulta contradictorio pensar que la alegría y la pandemia puedan estar unidas, fue tan fuerte el impacto de muerte, de penas, de llantos, separaciones, tristezas, que nos produjo la repentina y agresiva presencia de la pandemia del COVID-19, nos golpeó fuertemente a todos, a la humanidad entera, las constantes noticias de muerte, marchitaban la alegría, el dolor nos sumergía en lamentos y depresiones.
María Teresa Ayllón escribe poesía desde que era una niña, nos cuenta que Cuando la muerte nos dio que pensar la vida, ‘la muerte cercana… la muerte de quienes quisimos acompañar y no pudimos, la muerte sentida o escuchada… la soledad verdadera…’ empieza a rebuscar en papeles viejos y carpetas y encuentra poemas guardados por décadas, con la pandemia tuvo todo el tiempo del mundo para leerlos, revisarlos, limpiarlos, a la vez que le salían a borbotones otros, en este regalo, este poemario que tiene por titulo: Alegrías y pandemias.
‘De nada más se esta hablando’ retrata la realidad de lo vivido en tiempos de la pandemia, conteos y más conteos de los que caían como si fueran fulminados por un rayo, en calles, avenidas y carreteras. Los hospitales tienen que colocar furgones para colocarlos, la muerte se ha apoderado de ciudades del mundo entero.
Día tras día la muerte:
conteo de los contagios
en todos los aparatos.
Es como El día después
Ya no da miedo la muerte
sino que nos están matando.
Parece ser el final de la existencia humana sobre el planeta, urge una mirada a nuevos horizontes, es necesario penetrar en el interior de nuestro ser, ahí, en los resquicios ocultos, donde permanecen sueños, aspiraciones, deseos, urge el alivio, desahogar a través de palabras escritas convertidas en poemas.
La pandemia hizo posible el aprovechamiento de plataformas tecnológicas que eran utilizados por grupos pequeños, se expanden las redes sociales, encontramos un hálito de humanidad, en encuentros virtuales, surgen tertulias literarias, video conferencias y las actividades que no se pueden realizar de manera presencial pasan… entra un poco de aire fresco en nuestras vidas, estamos cerca, aunque lejos…surge el poema:
Alegrías y pandemias
Enormes penas me han hostigado
en la pandemia
más encontré cosas muy buenas…
La pandemia nos hizo valorar la vida y darnos cuenta que lo material no significa nada ante la grandeza de la existencia humana, compartir con el otro… que nos plenifica.
Cerradas las fabricas y establecimientos comerciales, la circulación de vehículos restringida, las calles desoladas y tristes, sin embargo, escuchábamos el trinar de las aves y el aire se percibía limpio, oloroso, libre de contaminantes…
En el poema Confinamiento:
Libres ya del fétido trafico urbano
las calles huelen a cedro, acacia, álamo,
vainilla, plátano y ahuehuete…
vuelan alborozados los pajarillos…
‘se cuelan en mi balcón exóticas cotorras’
El poema Fuerza que arrastra mi mano expresa sus sentimientos y el significado de la poesía el escribir, el lápiz y el papel hacen la magia.
Cuando tengo la cabeza aturullada
-como ahora-
y los muros de mi cráneo quieren estallar
-como ahora-
cojo un lápiz y la vuelta de un papel
cualquiera:
mis dedos comienzan a desgranar
el relato de un largo problema
que ni de noche me deja descansar
Acabado y escrito el relato,
asombrada me pongo a mirar
que analizo en un simple poema
lo que mi ciencia se negó a razonar.
Innato misterio que pario en mi cuna
una neurona infiltrada en mi mente, quizás,
empuja mi mano que traza el rumbo
sin que yo sepa dónde me llevará.
Pues yo me descubro, neurona infiltrada
y te rindo homenaje con este cantar,
tal como nos enseñó mi padre
Donde haya poesía no habrá soledad!
El poema El duende en la pandemia se lo dedica a la pintora andaluza Ruth Krasser quien durante el confinamiento se desbordó pintando alegrías. La ilustración de la portada del poemario es de su autoría.
Dame la mariposa
y la enredadera,
los arboles, el arco iris
el caño y las veredas…
Dame la lluvia morada,
las niñas nuevas
colgando su ropa tornasolada
en la cuerda de la fachada.
Dame el Balcón y ese, Feria,
que es tan bonito…!
La puerta abierta
a la avenida de lo infinito.
Pinta morena
lo que tú quieras
Con tanta frescura ciernes
tus simbolismos…!
Tanta cosa sugieren
tus cuadros, chiquilla…!
Que verdaderamente…
Es que todos son lo mismo:
el duende eterno
de entre Málaga y Sevilla
que llevas dentro
y que te bulle de maravilla.
Alegrías y pandemias (2021) de María Teresa Ayllón consta de 120 páginas, tiene ocho secciones, en las cuales está su alma, su sentimiento, que en el tiempo de la pandemia afloraron ‘las voces de sus ancestros’ …y maduraron en su interior muchas cosas que ‘salieron de sus tumbas sus esqueletos, danzando con sus duendes… hicieron que pensara y repensara la vida ante la certeza de la muerte.
La secciones son las siguientes
I: Cuando la muerte nos dio que pensar la vida
II. Nostalgia
III. Intimidades al amor de la casa
IV. La gran nevada
V: Otras pandemias
VI: Despedidas y
VII: Notas sobre la autora. Algunas de sus publicaciones.
María Teresa Ayllón es una lectora apasionada, es madrileña de raíces andaluzas y alcarreñas, declamaba y escribía desde muy niña, fue su padre quien le enseñó a leer con un libro de Gabriel y Galán y otro de García Lorca, ha sido su vida intensa, entregada a su trabajo y profesión que le llevó a pueblos remotos de norte a sur de Nuestra América. Dice que «Todo lo amé en sus mínimos detalles» lo deja expresado en el poema ‘Me llevé la mirada de la gente’:
«Me traje, furtivamente armada,
la fuerza de las entrañas y
la resistencia no pisoteada…
Desde que conoció a nuestra poeta dominicana Carmen Natalia, resulto ser de inspiración para realizar encuentros en su nombre. Gracias del alma por tanto amor, tanta pasión en lo que haces. Gracias por tanto!!
