BOGOTÁ (AP) — El gobierno de Colombia anunció el lunes que suspenderá un cese del fuego pactado con los rebeldes acusados de matar recientemente a cuatro indígenas —al menos tres de ellos menores— que trataron de evitar ser reclutados por la fuerza en el sur del país.
El gobierno del presidente Gustavo Petro informó en un comunicado que los militares reanudarán los ataques contra las facciones del grupo FARC-EMC que operan en las provincias de Caquetá, Putumayo, Guaviare y Meta, debido a la falta de compromiso del grupo con el cese del fuego.
“Si el cese al fuego bilateral no es efectivo en determinados territorios para proteger la vida y la integridad de toda la población, no tiene sentido persistir en ello”, subrayaron las autoridades en el comunicado.
Sin embargo, el gobierno reiteró que seguirá manteniendo un cese de hostilidades con las FARC-EMC en otras partes del país donde han disminuido los ataques a civiles, y afirmó que próximamente nombrará delegados que encabezarán las negociaciones de paz con el grupo rebelde.
Organizaciones indígenas acusaron la semana pasada a las FARC-EMC de haber asesinado a cuatro personas que habían escapado de uno de los campamentos del grupo en la provincia de Putumayo, donde estaban siendo reclutadas. El gobierno dijo que al menos tres de ellos eran menores.
El sábado, el gobierno del presidente Gustavo Petro sostuvo que los asesinatos representaban un crimen de guerra y un “atentado a la paz” y agregó que los ataques cometidos contra los indígenas de Colombia eran “hechos inexcusables”.
Las FARC-EMC están dirigidas por ex comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que rechazaron un acuerdo de paz de 2016 con el gobierno colombiano en que más de 14.000 combatientes entregaron sus armas.
El gobierno de Petro ordenó a las fuerzas militares de Colombia cesar los ataques contra varios grupos armados en el país el 31 de diciembre, como parte de un esfuerzo para iniciar diálogos de paz simultáneos con diferentes grupos.
Pero la estrategia ha dado pocos resultados hasta el momento. Si bien los actos de violencia entre el ejército y los grupos armados han cesado en algunas partes del país, los ataques contra civiles continúan.
En marzo, se rompió un alto el fuego con la organización criminal conocida como el Clan del Golfo después que el grupo se resistiera a los esfuerzos del gobierno para reprimir las minas ilegales.
Por su parte, el mayor grupo rebelde que queda en el país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), rechazó la oferta inicial de cese del fuego y recientemente suspendió las negociaciones de paz, luego que Petro dijera que sus comandantes más jóvenes no estaban motivados por objetivos políticos, sino por las ganancias obtenidas del narcotráfico.