El Papa Francisco retomó definiciones de contenido político y alertó contra el “lawfare” que afecta a varios líderes de izquierda latinoamericanos, con una particular mención a los brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, a quien calificó como una “una mujer de manos limpias; excelente mujer”.
“No pudieron (vencerla)”, enfatizó Francisco en referencia a la expresidenta Rousseff (2011-2016) en una entrevista difundida el jueves con el canal argentino C5N. “Y a Lula, lo metieron en cana (cárcel) y no pudieron”, reiteró el Papa. La entrevista fue realizada el fin de semana pasado, antes de que Francisco fuera internado el miércoles por una bronquitis infecciosa en el hospital Gemelli de Roma.
Durante más de una hora de diálogo con el periodista Gustavo Sylvestre en el Vaticano, Jorge Bergoglio se mostró distendido, afable, con ánimo de opinar sobre temas políticos latinoamericanos. Apenas se percibió una leve agitación en su respiración, probable signo del cuadro que requeriría el 29 de marzo su ingreso al hospital romano, de donde obtendría el alta este sábado.
Consultado sobre los procesos judiciales que enfrentaron Lula en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, Francisco aludió al “lawfare”“. ”Empieza a través de los medios de comunicación, que descalifican y meten sospecha de un delito. Se hacen esos sumarios grandísimos y, para condenar, basta el volumen de ese sumario, aunque no se encuentra el delito“, dijo. ”¿Dónde está el delito acá? Así condenaron a Lula“, indicó Francisco.
Hay que alzar la voz, hay que decir cuando existe una irregularidad. Los políticos tienen esa misión de desenmascarar una justicia que no es justa
En el caso de la expresidenta (2007-2015) y actual vicepresidenta argentina, el Papa eligió ser menos elocuente. Dijo no conocer “los detalles, pero los resultados se ven, ciertamente”.
“Hay que alzar la voz, hay que decir cuando existe una irregularidad. Los políticos tienen esa misión de desenmascarar una justicia que no es justa”, exhortó Francisco.
“Mentir, dogmatizar, insultar y destruir al otro no es (propio de un) medio de comunicación, es guerrilla”, dijo el religioso. “El medio tiene que decir la verdad y la propia idea de la verdad. Es un problema serio la ética de la comunicación”, afirmó.
“Con el fumus delicti, el olor del delito, a veces el humo te lleva al fuego del delito. Otras veces es un humo que se pierde porque no tiene fundamentos. El lawfare usa el humo del delito como realidad y empiezan con los medios de comunicación a dejar a la persona en offside”, marcó el Papa. “Un juez siempre crea jurisdicción, pero tiene que ser armónico con el derecho. Cuando te encontrás un juez que crea jurisdicción opuesta al derecho, es un chantapufi”, resumió.
Según contó, había reflexionado el fin de semana con su amigo el jurista argentino Eugenio Zaffaroni, “un gran tipo y un gran juez”, sobre los efectos del “lawfare”. Zaffaroni —a quien no nombró pero identificó como un exmiembro de la Corte Suprema argentina y de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos— es uno de los críticos más notorios de las prácticas de los tribunales de Buenos Aires y de lo que entiende como ausencia de garantías procesales en los juicios que enfrentó la vicepresidenta peronista de centroizquierda.
El jefe de la Iglesia católica se hizo tiempo para remarcar su amistad con el expresidente uruguayo de izquierda José “Pepe” Mujica, “un grande, un tipazo”, y también definió como “muy seria” a la esposa del exmandatario uruguayo de izquierda, la exsenadora Lucía Topolansky, aunque “un póco más ideológica”.
Si querés discutir con un político y un pensador de ultraderecha, hablá de justicia social, en horizontal. De los pobres
Cuando el entrevistador citó a Mujica diciendo que “la derecha se une por intereses y los progresistas se separan por sus ideas”, Francisco respondió: “sabio”.
La mención a las peleas internas de los partidos y la proliferación de los discursos de odio llevaron al Papa a trazar un paralelo con la Alemania que vio nacer al nazismo. “Es lo que llamo el ‘síndrome 1933’, Adolfito. Le tengo pánico a los salvadores de la patria”, alertó Bergoglio, quien cumplió este año una década al mando de la Santa Sede.
“Es curioso. La ultraderecha se recompone siempre porque es centrípeta, no centrífuga”, definió el Papa. El antídoto sería “la justicia social, no hay otra. Si querés discutir con un político y un pensador de ultraderecha, hablá de justicia social, en horizontal. De los pobres”, dijo el sacerdote argentino.
“Da vergüenza que un político tenga tantos divorcios políticos y que hayan estado en tantos partidos y vayan cambiando de según le conviene y se presentan como salvadores de la patria”, sostuvo, nuevamente, sin dar nombres.
En Argentina, donde este año habrá elecciones presidenciales, las encuestas registran una alta adhesión al economista de extrema derecha Javier Milei, una tendencia que lleva a endurecer el tono a integrantes de la coalición conservadora Juntos por el Cambio.
Francisco citó un versículo del Nuevo Testamento. “¿Usted es comunista, padre? Mirá. Mi carta de identidad es Mateo 25 y al que dijo eso le vas a decir que es comunista. ‘¿Quiénes van a entrar al cielo? Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestiste, estaba preso y me viniste a visitar’. Esa es la regla de conducta”, razonó.