BUENOS AIRES (AP) — El peronista Sergio Massa obtuvo un sorpresivo primer lugar en las elecciones presidenciales de Argentina, pero fue insuficiente para evitar ir en un mes a una segunda vuelta en la que enfrentará al ultraderechista Javier Milei, que ha buscado capitalizar el desencanto social ante la clase política y la creciente inflación que ha puesto en jaque la economía de la gente.
Massa, el actual ministro de Economía del país, tiene frente a sí el reto de convencer a suficientes votantes en un contexto económico adverso y de creciente deterioro social, del que varios responsabilizan al gobierno al que pertenece, para imponerse a Milei, un economista que ha basado su campaña y ganado adeptos al prometer un cambio radical del país.
Massa, de Unión por la Patria, obtuvo más de 36% de los votos en una primera vuelta que se celebró en medio de una inflación de 140% anual, una pobreza que afecta a 40,1% de la población y escándalos de corrupción que salpican al oficialismo. Milei, de La Libertad Avanza, rozó el 30% a pesar de que en las primarias de agosto había sido el favorito del electorado.
Ninguno consiguió al menos un 45% de los votos válidos o un 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo, por lo que ambos se medirán en un balotaje el 19 de noviembre. Quien resulte elegido asumirá el poder el 10 de diciembre.
Esta es la segunda vez que Massa, de 51 años, aspira a la presidencia luego de quedar en tercer lugar en 2015.
El peronista reconoció en la sede de su campaña que Argentina vive “una situación compleja y llena de desafíos y dificultades” y afirmó que en los próximos días se ganará la confianza de “los que se quedaron en su casa, votaron en blanco” o eligieron a otros postulantes.
El ministro también dijo que buscará consolidar un gobierno de unidad nacional “construido sobre la base de convocar a los mejores, sin importar su fuerza política”.
Massa representa al sector más moderado de la coalición de gobierno del presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta y exmandataria, Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
Brian Winter, experto en Argentina y vicepresidente del Consejo de las Américas, con sede en Nueva York, afirmó a The Associated Press que el ministro supo construir apoyo con medidas de corte populista como “algunas exenciones fiscales y otras concesiones” que implementó en las últimas semanas. “Será realmente interesante escuchar lo que diga porque necesitará ganarse a algunos votantes más moderados para poder ganar”.
Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, dijo que pese a la adversa situación que enfrenta “a Massa no lo daría por muerto nunca”, aunque habrá que ver “cómo puede manejar la economía, qué es lo que plantea de aquí en adelante, si es que realmente entiende que tiene que formar un gobierno de unidad nacional y ofrecer otra cosa, o sea, reconvertirse”.
Fornoni y otros analistas sostienen que el político de larga trayectoria y aceitados lazos con el empresariado y dirigentes políticos de Estados Unidos entiende “la situación de fin de ciclo” de la política argentina producto del fracaso “de los últimos 20 años con dos gobiernos de signos distintos que no pudieron remontar la situación” económica.
Milei, de 53 años, se presenta como el candidato capaz de relegar del escenario político al peronismo —que gobernó mayoritariamente en los últimos 20 años— y a Juntos por el Cambio cuya candidata, Patricia Bullrich, quedó en tercer lugar con casi un 24% de los votos.
Lucas Romero, de la consultora Synopsis, señaló que el ministro tiene enfrente a un Milei “sin pericia política, que quizá no tenga la capacidad de entender que la escena le pide que se tiene que moderar, construir acuerdos políticos y seducir a votantes que a lo mejor le van a pedir cambios en su propuesta política”.
Al igual que su rival, Milei pidió el respaldo de los que no lo apoyaron en la primera vuelta. “Todos los que queremos un cambio tenemos que trabajar juntos; si trabajamos juntos podemos ganar y evitar que nuestros chicos se vayan del país, terminar con la corrupción y con los privilegios de la casta política”.
El derechista sostuvo que Massa integra una “organización criminal” que “quiere hipotecar nuestro futuro para permanecer en el poder”.
El ministro de Economía promete cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y alcanzar el orden fiscal sin renunciar a la inclusión social.
Milei tiene un discurso en contra de la clase política tradicional, a la que tacha de “casta” de privilegiados, y ha sabido empatizar con amplios sectores populares que tienen su poder de compra pulverizado y han sido testigos de constantes escándalos de corrupción protagonizados por funcionarios públicos. El eje de su plan es dolarizar la economía y cerrar el Banco Central para frenar la emisión de pesos y reducir la inflación.
La inflación, la inseguridad y la falta de previsibilidad económica están al tope de las preocupaciones de los argentinos, según las encuestas de opinión.
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