PUERTO PRÍNCIPE.- Más de una decena de presuntos pandilleros fueron apedreados y quemados vivos ayer lunes por habitantes de un barrio de Haití, según la policía y testigos, el mismo día en que la ONU alertó sobre la inseguridad similar a la de «un país en guerra».
El nuevo hecho violento tuvo lugar luego de que policías detuvieran a los hombres armados, en un contexto de fuertes tensiones en la capital, Puerto Príncipe.
«Durante el registro de un minibús con individuos armados a bordo, la policía confiscó armas y otros equipos. Por otra parte, más de una decena de individuos que circulaban a bordo de este vehículo fueron lamentablemente linchados por miembros de la población», indicó la policía de Haití en un comunicado.
Entre el 1° de enero y el 31 de marzo, el periodo que estudia el informe, el número de homicidios en la isla caribeña aumentó un 21% con relación al trimestre anterior (815 contra 673), y el de secuestros un 63% (637 frente a 391).
Las pandillas armadas «siguen disputándose el control del territorio en la zona metropolitana de Puerto Príncipe y se extiende a los barrios que hasta ahora estaban exentos» de violencia criminal, según el informe.
Esto se traduce en que «la situación de las personas que viven en las zonas controladas por las bandas armas es espantosa» y «se degrada radicalmente en las zonas que han sido nuevos objetivos de las bandas».
El informe remarcó en particular la situación de los habitantes del barrio Cité Soleil, en las afueras de la capital, donde francotiradores disparan desde los tejados a transeúntes.
«Los combates arrecian en la Cité Soleil», aseguró el domingo en un comunicado la coordinadora humanitaria de la ONU para Haití. «Los habitantes se sienten asediados. No pueden salir de sus casas por miedo de la violencia armada y el terror que imponen las bandas», agregó.
En este contexto, el secretario general consideró necesario «desplegar urgentemente una fuerza armada internacional especializada», en particular para ayudar a la policía a restablecer el orden.
Antonio Guterres transmitió en octubre del pasado año un pedido de ayuda del primer ministro Ariel Henry, que solicitaba al Consejo de Seguridad el envío de esta fuerza. Sin resultados concretos desde entonces, si bien algunos países se mostraron dispuestos a participar, ninguno parece querer asumir la conducción de la fuerza.