Tres horas antes de la medianoche del sábado, plazo en que el gobierno quedaba bloqueado por falta de fondos, el Senado aprobó mantener el funcionamiento de la administración hasta mediados de noviembre con una resolución aprobada horas antes en la Cámara de Representantes. La solución llegó luego de que el presidente republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, hizo un último intento para evitar la parálisis que hacía peligrar desde las operaciones militares hasta la ayuda alimentaria y la formulación de políticas federales.
«Las mayorías bipartidistas en la Cámara de Representantes y el Senado han votado esta noche por mantener abierto el gobierno, evitando una crisis innecesaria que habría infligido un dolor innecesario a millones de estadounidenses trabajadores», dijo Biden en un comunicado. Empero, reprochó a los republicanos haber desconocido acuerdos sobre gastos pactados hace meses y, además, que no hayan incluido la ayuda militar a Ucrania.
«Espero plenamente que el presidente (de la Cámara de Representantes) mantenga su compromiso con el pueblo de Ucrania y garantice la aprobación del apoyo necesario para ayudar a Ucrania en este momento crítico», expresó Biden en un comunicado. La medida aprobada a iniciativa de McCarthy y conocida como «stopgap» permite financiar al gobierno durante 45 días más, pero sin ninguna ayuda para Ucrania, un punto de importante discordia para los demócratas.
Los legisladores deben discutir ahora un proyecto de ley separado sobre los 24.000 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania que Biden quería incluir en el presupuesto, y es posible que se vote a principios de la próxima semana, informaron medios de comunicación. «Creo que existe una frustración real en todo Estados Unidos por el hecho de que este presidente ignore la frontera estadounidense y esté más preocupado por otro lugar», indicó McCarthy, refiriéndose a lo que los republicanos llaman «la crisis migratoria de Estados Unidos».
– Ucrania en la balanza –
Consciente de los problemas políticos de su gran aliado estadounidense, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acudió al Congreso la semana pasada para intentar convencer a Washington de que lo ayude a cruzar «la línea de llegada» ante Rusia. Un puñado de republicanos trumpistas se negó a desbloquear cualquier nueva ayuda a Kiev por considerar que esos fondos deberían destinarse a la crisis migratoria de Estados Unidos.
Esos lugartenientes de Donald Trump, que tienen un poder desproporcionado debido a la muy ajustada mayoría republicana en la Cámara de Representantes, ya llevaron a Estados Unidos al borde de un precipicio político y financiero hace cuatro meses por el aumento del tope de la deuda.
– «Shutdown» de 2018 –
Elegido a costa de numerosas negociaciones con los trumpistas, McCarthy arriesgó su escaño. «¿Saben qué? Si tengo que arriesgar mi puesto para defender al pueblo estadounidense, lo haré», dijo el sábado temprano en plenas gestiones. Y añadió: «Si alguien quiere despedirme (…) que lo intente». Durante la presidencia de Trump, Estados Unidos vivió en 2018 su «shutdown» (cierre del gobierno federal) más largo. Según varias estimaciones, el PIB estadounidense perdió entonces más de 3.000 millones de dólares.
A pocas horas de la fecha límite, Estados Unidos se prepara para una nueva paralización de servicios públicos. Los funcionarios ya fueron notificados el jueves de la inminente situación. La mayoría de los parques nacionales estadounidenses, como Yosemite o Yellowstone, permanecerán cerrados. También se prevé una grave perturbación del tráfico aéreo. Asimismo, beneficiarios de ayudas alimentarias podrían ser también perjudicados.
Cada semana con el gobierno federal paralizado, le costaría al PIB estadounidense 0,2 puntos de crecimiento en el cuarto trimestre, según economistas de Goldman Sachs.