Por: Rosina Anglada
«El Taller Literario César Vallejo nació en 1979. Ha cumplido cuarenta y cinco años de una prolífica existencia. Bajo el amparo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el Departamento de Cultura adscrito a la vez a la Vicerrectoría de Extensión.
A finales de la década del 70 e inicios del 80 la juventud estaba enardecida, eran tiempos de represión política y mucho dolor, en República Dominicana y países de la región centroamericana, muchos canalizaban sus ansias de libertad y de autonomía personal a través de la poesía.
La Universidad estaba estrangulada económicamente, era el único refugio donde los ex combatientes de la revolución de abril de 1965 podían conseguir un empleo digno que les permitiera sustentar a sus familias.
Lloraban las campanas por tantos, que eran exterminados en las calles, una situación de protesta y de liberación nacional se sentía en todas partes, en nuestros noticiarios encabezados por Radio Comercial, Radio Mil y otros medios de comunicación radial y escrita.
El más grande líder estudiantil había sido eliminado físicamente frente a su esposa embarazada y su pequeño hijo: Amin Abel Hasbún, el sobresaliente periodista Orlando Martínez, acribillado en la calle José Contreras, cerca de la Facultad de Humanidades, recinto donde llegó a ser un connotado estudiante, luego de protestar por el impedimento de entrada al país de un gran artista Silvano Lora, Otto Morales, asesinado después de salir del Comedor Universitario, Homero Hernández, asesinado en la calle cuando iba en su carro con su esposa Elsa Peña Nadal, que estaba embarazada y era la Relacionadora Pública de la universidad, los Palmeros encabezados por Amaury German Aristy caían abatidos en una cueva de la autopista Las Américas; de igual manera en América Central el ambiente era de lucha, los seguidores de Cesar Augusto Sandino, los sandinistas, luchaban para sacar a los somocistas, dictadores que mantenían a las grandes mayorías oprimidas y sumidas en la miseria, nos llegaban los ecos de Rigoberta Menchu, a quien se le otorgara el Premio Nobel de la Paz, la revolución sandinista encabezada por Daniel Ortega, El comandante Cero, Dora María Tellez, Gioconda Belli, Ernesto Cardenal, el FSLN, en El Salvador, el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional FMLN, las mujeres, los niños, los jóvenes luchaban por un cambio en estas sociedades, es en ese contexto histórico geográfico que surge una juventud que con su pluma levantan sus voces a favor de la libertad, del amor, del desamor, del encuentro humano.
Mateo Morrison, Premio Nacional de Literatura es el líder de este taller que aglutina a una juventud inquieta y con grandes talentos para la escritura, para el verso florido. Julio Cuevas, profesor Meritisimo de la UASD, uno de sus fundadores cuenta que el taller literario Cesar Vallejo:
“fue un laboratorio de discusiones permanentes en torno a la literatura, cómo debe ser la voz poética en la República Dominicana”
La decisión de adoptar el nombre de César Vallejo, el más connotado poeta peruano y de la literatura hispanoamericana para el taller, nos cuenta el profesor meritísimo de la UASD, Julio Cuevas:
“se seleccionó un sábado, ese fue el debate más grande del año 1979, para eso hay que meterse en la historia política dominicana, venimos de la UASD…”
En el año 1984 cuando el poeta Mateo Morrison dirigía el Departamento de Difusión Artística y Cultural de la UASD, luego de seis años de labor continua publica una Antología con el título “De estos días” para continuar motivando el desarrollo sostenido del taller literario “CESAR VALLEJO” que hoy es una verdadera institución cultural por sus aportes y legados al desarrollo cultural de nuestro país con la formación de clubes y talleres literarios por toda la geografía nacional.
Mayra Alemán, Juan Brigham, petromacorisano, fue el primer coordinador del Taller, Miguel Antonio Jiménez, Tomás Castro Burdiez, Plinio Chahín, Dionisio de Jesús, Julio Cuevas, Rafael García Romero, José Mármol, son algunos de los poetas que aparecen en esta antología.
Julio Cuevas recuerda a las mujeres que han formado parte activa y sobresaliente en el taller Cesar Vallejo:
«Mayra Alemán, Carmen Sánchez, Ylonka Nacidit, Marianela Medrana, Yrene Santos, entre otras más».
Jenny Montero maestra y escritora comenta que “ha vivido por más de veinte años muy de cerca del TLCV, se casó con un poeta, amo a todos esos poetas, sentía como vibraba su casa, siempre había una veneración por los poetas del Cesar Vallejo …”
Orlando Muñoz llega al TLCV cuando lo dirigía José Mármol, después de la generación del 80 que prácticamente absorbe el taller, al hablar del legado y /o testimonios del Cesar Vallejo, nos cuenta que Jiménez es una leyenda viva, es el único miembro que siempre ha estado presente en el taller, recuerda a Ylonka Nacidit, Nan Chevalier, Orlando Cordero, Jorge Piña Karina Rieker, Pedro Ortega, Isis Aquino, José Ángel Bratini, nuevas generaciones de escritores que están marcando pautas en la literatura, ganadores de premios. Leidy Laura Piña, Rony Ramírez, poeta y ensayista, Jordán Hernández, muy peculiar y entusiasta. Quiere hablar de todos los jóvenes que ha visto pasar por el taller literario Cesar Vallejo.
Nuestros parabienes al Taller Literario Cesar Vallejo a su actual director Jiménez, en las nuevas generaciones vemos a los poetas sobresalientes: Jhak Valcourt, Isidro Jimenez, Ana Romero e Itsuki Roca que sigan adelante sembrando buena poesía y sobre todo diseminando por todo el territorio nacional como en los buenos tiempos de los años 80.
Compartimos el poema LA REVUELTA de Juan Brighan (Byron)
No me arcillo, no me planto, no me arrimo, no me aguo,
ya que llegan, ya que claman y reclaman los que arrastran
las carretas sin viandas, sin vestidos y sin techos.
Consumada la venganza
que atraganta la garganta de la ganda de la nata,
la garganta de los sueños arrojados en vigilia,
la garganta de las santas escrituras infernales,
digo, escribo, gesticulo, discurseo
porque muera el engranaje del cerebro de la arcilla
y la imagen de la virgen, meretriz de las alturas,
y el tabaco de la espera
que empalaga, que intoxica, que atosiga, que envenena
el camino enfebrecido de la punta de la lanza.
Sin calzados de la cumbre, sin maletas de placer,
con el puño como erizo, con la cara enrojecida,
con pertrechos de conciencia, quebraremos a la gruta,
sajaremos a los anglos sajoneados de billetes,
pelearemos con la coca, con la cola, coca cola,
y por qué no?
De una rama de jabillo colgaremos a la Gulf.