En su gira como Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio ha realizado visitas a varios países latinoamericanos, incluyendo Guatemala, El Salvador y Panamá, con el objetivo de abordar temas como la inmigración, la seguridad y la influencia extranjera en la región. Durante estas visitas, los líderes locales han mostrado diversas reacciones y han llegado a acuerdos significativos con la administración estadounidense.
El presidente Bernardo Arévalo de Guatemala, acordó aumentar en un 40% los vuelos de deportación desde Estados Unidos y aceptar a personas de otras nacionalidades deportadas.
Arévalo enfatizó que este acuerdo no convierte a Guatemala en un «tercer país seguro» y excluye la recepción de criminales. Además, se discutió la creación de una nueva fuerza de tarea para proteger la frontera con México y combatir el crimen organizado, con apoyo en infraestructura de EE.UU.
Rubio elogió el compromiso del presidente guatemalteco con la democracia y las instituciones, y afirmó que Estados Unidos no revisará las sanciones impuestas por el ex-presidente Biden a funcionarios guatemaltecos acusados de corrupción.
El presidente Nayib Bukele de El Salvador ofreció al gobierno de Estados Unidos la posibilidad de utilizar la megacárcel recientemente construida en su país para externalizar parte del sistema penitenciario estadounidense.
Este acuerdo de permitiría la deportación a El Salvador de migrantes indocumentados que hayan cometido delitos graves en Estados Unidos, incluyendo a miembros de pandillas como la MS13. Pero Bukele fue mas allá, y también propuso albergar a delincuentes peligrosos estadounidenses en las cárceles salvadoreñas.
Tras la visita de Rubio al presidente Moulino en Panamá, el gobierno de Estados Unidos anunció que acordó eximir a sus barcos de pagar tarifas por cruzar el Canal de Panamá, lo que podría ahorrar millones de dólares anualmente. Sin embargo, la Autoridad del Canal negó la existencia de tal acuerdo y afirmó que no ha realizado cambios en las tarifas. Este anuncio se produjo en medio de las tensiones por la presunta influencia de China en el canal.
Recientemente, el presidente dominicano Luis Abinader agradeció a Marco Rubio por sus comentarios positivos sobre la República Dominicana durante una audiencia en el Senado de los Estados Unidos. Rubio destacó los desafíos que enfrenta el país debido a la crisis en Haití y elogió su rápida recuperación económica tras la pandemia de COVID-19. Abinader enfatizó la importancia de encontrar una solución colectiva a la situación en Haití.
Rubio también acusó a la administración del presidente Joe Biden de presionar a la República Dominicana para que acepte a tres millones de migrantes haitianos, una medida que consideró injusta tanto para la República Dominicana como para Estados Unidos. Rubio elogió la postura de Abinader de proteger la frontera y la soberanía dominicana.
Dado que la República Dominicana ya ha implementado políticas estrictas de deportación de haitianos, es poco probable que el país acepte deportados haitianos provenientes de Estados Unidos. La postura de Abinader ha sido clara en cuanto a proteger la soberanía nacional y gestionar la migración de manera controlada. Por lo tanto, es improbable que haya presiones significativas para que la República Dominicana reciba deportados haitianos desde Estados Unidos.
En resumen, los líderes latinoamericanos han mostrado disposición a colaborar con las iniciativas propuestas por el Secretario de Estado Marco Rubio, llegando a acuerdos que abordan preocupaciones mutuas en áreas como la inmigración y la seguridad. Sin embargo, también han surgido discrepancias y aclaraciones, como en el caso de Panamá, donde las autoridades locales negaron haber acordado exenciones de tarifas para los barcos estadounidenses.