La semana pasada se confirmó la construcción de la quinta gigafábrica de Tesla y la primera en México, un anuncio ampliamente esperado en la nación, donde se espera que la millonaria inversión impulse la expansión de la industria automotriz y el desarrollo económico del país.
Fue en el Día del Inversionista de Tesla, cuando el director y fundador de la compañía, Elon Musk, detalló que la obra se instalará cerca de la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León, luego de que por semanas se pusiera en duda la construcción de la fábrica en la región norte de México.
Según reveló el gobernador de la entidad, Samuel García, la planta prevé ser inaugurada este año, por lo que la construcción comenzará a la brevedad. «Me dicen que este mismo mes de marzo», refirió el político durante una entrevista radiofónica, por lo que se estima que la fábrica empiece a operar en 2024.
De acuerdo con el mandatario local, la obra requerirá de una inversión inicial de 5.000 millones de dólares y será no solo la más grande de Tesla, sino del mundo.
El primer acercamiento de Elon Musk con México ocurrió hace 14 meses, cuando el directivo solicitó al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que se reactivarán las cadenas de suministro de las 127 plantas en el país que proveen a la compañía de autopartes, informó en entrevista con un medio local, Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Cancillería mexicana.
Al percatarse de lo vital de México para la empresa, el magnate sudafricano se habría acercado al embajador de EE.UU. en el país, Ken Salazar, y al gobernador de Texas, Greg Abbott, muy cercano a García, según detalla la prensa mexicana.
Tras una serie de conversaciones, en octubre de 2022, Musk y García fueron observados juntos en Nuevo León, donde presuntamente se habría acordado la llegada de la planta a la comunidad de Santa Catarina, a unos 380 kilómetros de la fábrica de Tesla en Austin, Texas.
Hacia finales de año el acuerdo parecía cerrado, según estimaba García, hasta que el Gobierno de México, en la vocería del canciller, Marcelo Ebrard, intervino en la negociación para garantizar que la construcción de la obra no afectara a la población mexicana.
Desde que se anunciara la intención de Tesla de invertir en México, el Gobierno de López Obrador se pronunció en contra de su instalación en el norte del país, debido a la falta de disponibilidad de agua en la zona y al crecimiento poblacional que ha detonado el desarrollo de la región.
En los últimos años la escasez de agua en Nuevo León ha alcanzado niveles críticos, mientras que la población de la capital del estado y de la zona metropolitana ha aumentado 23 % en los últimos 10 años, un valor por encima de la media nacional situada en 1,2 %, de acuerdo con datos presentados por la presidencia.
El gobernador García, por su parte, aseguró que la fábrica no afectaría el acceso al agua de los habitantes de Nuevo León, alegando que Tesla no prevé usar demasiado ese recurso. Del mismo modo, recordó que hay obras de infraestructura en proceso, como la construcción de un nuevo acueducto y una presa, que pretenden revertir el problema de escasez en el estado.
A pesar de ello, el mandatario mexicano instó a la empresa invertir en el centro o sur del país, para no poner en riesgo el acceso al recurso.
Ante el panorama, el productor de vehículos eléctricos fue orillado a repensar la ubicación de su nueva planta. En ese particular, Martha Delgado relató que Musk tomó en serio los ofrecimiento de reubicación del Gobierno y viajó a México para visitar los estados de Hidalgo, Querétaro, Puebla y el Estado de México.
No obstante, y luego de que el mandatario mexicano hablara directamente con el también director de Twitter, a través de dos videollamadas, se acordó que la planta se instalase en Nuevo León, con el compromiso de Tesla de usar agua reciclada y tratada durante todo el proceso de fabricación de automóviles eléctricos e incluso en las pinturas automotrices.
«Gracias presidente por reconocer el potencial de nuestro estado y por su disposición para trabajar en conjunto en los proyectos estratégicos de Nuevo León: agua, movilidad, seguridad, salud y ahora, Tesla», escribió García en redes sociales.
De acuerdo con la subsecretaria Delgado, Tesla se inclinó por México por encima de otros países debido a los tratados de libre comercio de la nación latinoamericana, así como por la proximidad de Nuevo León con la planta de Tesla en Austin, Texas.
La funcionaria también destacó la experiencia y el conocimiento de los trabajadores mexicanos como uno de los factores decisivos, una variable también rescatada por López Obrador.
Cabe destacar que México es el séptimo productor de autos a nivel mundial, de acuerdo con datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos Motorizados (OICA, por sus siglas en inglés).
Por su parte, el gobernador García resaltó la cercanía de Nuevo León con Texas, por lo que informó que a finales de año estarán listas tres carreteras que conectarán a la entidad mexicana directamente con el estado estadounidense, una de ellas sin desviación alguna con la ciudad de Laredo.
El regidor local también distinguió al desarrollo económico y tecnológico del estado, así como a la infraestructura ya instalada en Nuevo León como elementos claves para convencer a Tesla de invertir en el país.
«Son de esas noticias que llaman los ‘gringos’ game changers, donde se dan una cada 50 años», celebró el político.
La megafábrica de Tesla se construirá en la comunidad de Santa Catarina, en un terreno de cerca de 1.600 hectáreas, cuya compra no enfrentará ninguna controversia legal, dado que la negociación con los dueños de la tierra comenzó desde el año pasado, aseguró García.
El gobernador informó que la primera fase del proyecto requerirá de una inversión de entre 5.000 a 6.000 millones de dólares para la manufacturación del vehículo más económico de la compañía y lograría generar hasta 7.000 empleos en el país.
«Alrededor de esa fase y de esa fábrica viene también todo el ecosistema (de Tesla) como es, obviamente, Starlink, internet, SpaceX, la famosa empresa aeronáutica y un mundo de proveedores Tear 1 y Tear 2, que van a traer una derrama a Nuevo León nunca antes vista», refirió García.
Al respecto, la Industria Nacional de Autopartes (INA) indicó que con la instalación de Tesla en México, llegarán al país otras empresas de proveeduría y manufacturación autopartista, las cuales se estima inviertan cerca de 15.000 millones de dólares en la región dentro de los próximos cinco años, informó Francisco González, presidente de la agrupación.
En este sentido, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) señaló que con base en los datos comparativos con otras fábricas de la empresa estadounidense, se prevé que la nueva planta en Nuevo León produzca entre 250.000 y 750.000 unidades al año, lo que equivaldría al 22,6 % de la producción total de vehículos de México reportada en 2022.
Pero el plan de Musk no consistiría solamente en fabricar vehículos eléctricos en México, sino también producir energía, baterías y chips, a partir de litio, níquel y cobalto, además de electricidad para búnkeres y energía sostenible para aviones.
López Obrador confirmó esta versión, aunque señaló que el acuerdo sobre las baterías todavía está pendiente. El mandatario también reveló que México no ofrecerá ningún subsidio a la armadora estadounidense para la fabricación de este tipo de productos ni para los semiconductores.
El gobierno mexicano trabaja en un plan para expandir la industria de baterías de litio y energías alternas, en el marco de una estrategia conocida como Plan Sonora, por lo que busca contar con aliados estratégicos.
Las negociaciones con Tesla continúan para afinar detalles, pero avanzan, según confirmó López Obrador tras reunirse el 8 de marzo con los directivos de la empresa.