WASHINGTON (AP) — Los investigadores del FBI que registraron la propiedad de Harold Martin en Maryland en el otoño de 2016 encontraron documentos clasificados, incluido material de alto nivel secreto, esparcidos por su casa, automóvil y cobertizo de almacenamiento.

A diferencia del expresidente Donald Trump, el excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional no cuestionó las acusaciones y finalmente se declaró culpable en 2019 y admitió que sus acciones fueron «incorrectas, ilegales y altamente cuestionables». Pero sus expresiones de contrición y declaración de culpabilidad por un solo cargo de retención deliberada de información de defensa nacional no lo salvaron del duro castigo de nueve años de prisión.

La resolución de ese caso se cierne como una guía ominosa para el peligro legal que Trump podría enfrentar al enfrentar 37 cargos por delitos graves , 31 bajo el mismo estatuto de la Ley de Espionaje de un siglo de antigüedad que se usó para enjuiciar a Martin y otros acusados ​​​​que presuntamente retuvieron documentos clasificados ilegalmente. Incluso muchos como Martin que se declararon culpables y aceptaron la responsabilidad, sin embargo, han sido sancionados con sentencias de prisión de años.

“Cuando deciden iniciar un caso de mal manejo intencional, es para enviar un mensaje: que nos tomamos estos casos muy en serio”, dijo Michael Zweiback, abogado defensor y exfiscal del Departamento de Justicia. “Casi siempre buscan ir a la cárcel”.

Es imposible decir cuánto tiempo de prisión podría enfrentar el expresidente en caso de una condena, y tal decisión finalmente depende del juez de primera instancia, en este caso, un designado por Trump que ya ha demostrado su voluntad de fallar a su favor . También es difícil saber hasta qué punto otros factores, incluidas las complicaciones logísticas y políticas de encarcelar a un expresidente, podrían desempeñar un papel.

El delito de la Ley de Espionaje se castiga con hasta 10 años de prisión, aunque es raro que los delincuentes federales por primera vez se acerquen al máximo. Pero más allá de la retención, los fiscales también identificaron múltiples factores agravantes en la supuesta conducta de Trump, acusándolo de tratar de reclutar a otros, incluidos un abogado y ayudantes, para ocultar los registros a los investigadores y mostrar algunos a los visitantes. Algunos de los otros cargos en la acusación, incluida la conspiración para obstruir la justicia, exigen hasta 20 años de prisión.

Los fiscales del Departamento de Justicia en los últimos años han utilizado la disposición de la Ley de Espionaje contra una variedad de acusados, incluida una mujer de Virginia Occidental que retuvo un documento de la NSA relacionado con asuntos militares y políticos de un gobierno extranjero. Elizabeth Jo Shirley se declaró culpable en 2020 de un cargo de retención intencional y fue sentenciada a ocho años de prisión.

Este mes, un oficial de inteligencia retirado de la Fuerza Aérea llamado Robert Birchum fue sentenciado a tres años de prisión luego de declararse culpable de mantener archivos clasificados en su casa, las habitaciones de su oficial en el extranjero y una cápsula de almacenamiento en la entrada de su casa.

Muchos acusados ​​se han declarado culpables en lugar de enfrentarse a un juicio, aunque no todos han ido a prisión. Trump, quien también enfrenta cargos relacionados con pagos de dinero secreto en la corte del estado de Nueva York , no ha mostrado signos de que pueda encaminarse hacia un acuerdo de culpabilidad, insistiendo enérgicamente en que es inocente y atacando personalmente al fiscal especial del Departamento de Justicia, Jack Smith , horas después de comparecer en Corte federal de Miami el martes.

A pesar de los detalles de la acusación, Trump tiene algunas vías para tratar de impugnar los cargos.

Por un lado, atrajo a la jueza Aileen Cannon , quien se puso del lado de Trump el año pasado en el intento del expresidente de nombrar a un maestro especial para realizar una revisión independiente de los documentos clasificados incautados. Citando el «estigma» que dijo que estaba asociado con un registro del FBI en la casa de Trump, dijo que una «acusación futura» basada en artículos que deberían haber sido devueltos a Trump «daría como resultado un daño a la reputación de un orden de magnitud decididamente diferente».

Un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito de EE. UU. anuló por unanimidad su decisión, que fue ampliamente criticada por expertos legales como extraordinaria e inusualmente amplia.

Durante los próximos meses, Cannon tomará decisiones que darán forma al juicio, incluida la rapidez con que se llevará a cabo y si se excluirá alguna evidencia.

Los fiscales también enfrentan el desafío en Florida, donde los republicanos han logrado avances constantes en los últimos años, de un grupo de jurados que probablemente sea más favorable a Trump que si el caso se juzgara en Washington, DC, abrumadoramente demócrata.

Aún así, “Creo que muy bien podría ser que Jack Smith le dé la bienvenida a un jurado de Florida porque si hay una condena, será mucho más difícil decir: ‘Bueno, ese jurado de alguna manera estaba en contra de Trump’”, dijo Stephen Saltzburg, profesor de la facultad de derecho de la Universidad George Washington y ex funcionario del Departamento de Justicia.

Los expertos anticipan que los abogados de Trump se harán eco de los comentarios públicos del expresidente al tratar de que se desestime el caso argumentando que él tenía derecho a tener los documentos y que es víctima de extralimitación de la fiscalía. Trump también podría intentar impedir que los fiscales puedan usar evidencia clave, como notas de su abogado que detallan conversaciones con el expresidente.

Si el caso llega a juicio, los expertos dicen que los abogados de Trump pueden intentar lo que se llama «anulación por jurado» o tratar de convencer a los miembros del jurado de que debe ser absuelto incluso si creen que Trump violó la ley porque la violación no fue lo suficientemente grave como para justificar cargos y él está siendo señalado.

“El tema de la defensa puede estar plagado de sugerencias de injusticia y enjuiciamiento selectivo, básicamente tratando de convencer a un jurado de que incluso si el expresidente hizo lo que el gobierno dice que hizo, nada de esto debería haber terminado en un proceso penal. ”, dijo Robert Mintz, abogado defensor y exfiscal del Departamento de Justicia.

Robert Kelner, un abogado defensor penal de Washington, dijo que si bien una absolución total parece poco probable dado el volumen de evidencia, existe una vía para un juicio nulo si los abogados de Trump pueden persuadir a un miembro del jurado para que lo absuelva con el argumento de que el presidente disfrutaba de la autoridad absoluta para desclasificar información. .

Esa autoridad terminó en el momento en que Trump dejó la presidencia, pero aun así, “algunos miembros del jurado probablemente encontrarán difícil racionalizar condenarlo por algo para lo que anteriormente tenía autoridad absoluta (para hacer) simplemente porque no presentó los formularios correctos y hacerlo en el momento adecuado”, dijo Kelner.

Al final, frente a una montaña de evidencia y la perspectiva de años en prisión, la mejor esperanza de Trump puede ser una táctica que a menudo sigue: demorar, demorar, demorar, dijo Cheryl Bader, exfiscal federal y directora de Criminal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Fordham. Clínica de la Defensa.

“Su mejor defensa puede ser tratar de superar el ciclo electoral, ser elegido presidente y, por lo tanto, estar a cargo del Departamento de Justicia antes de que el caso vaya a juicio”, dijo.

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Richer informó desde Boston.