-Supuesta orden de arresto contra Antonio Espaillat habría sido bloqueada desde “altas esferas”-
Por Luis Rodriguez Salcedo
Santo Domingo. – El comunicador Fredy Aguasvivas dejó caer una bomba mediática este martes al revelar que la Procuradora General de la República, Yeni Berenice Reynoso, intentó ejecutar el arresto del empresario Antonio Espaillat, a raíz de su presunta vinculación con la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set. Pero, según Aguasvivas, el intento quedó en el aire, o mejor dicho, enterrado, luego de una extraña intervención “desde arriba”.
Según trascendió, todo estaba listo: expediente en mano, argumentos jurídicos en orden, y hasta el supuesto respaldo moral de los sectores que claman justicia para las víctimas del siniestro. Sin embargo, bastó una frase del abogado de Espaillat —“tendrán que pasar sobre mi cadáver”— para que, súbitamente, la orden quedara en suspenso.
La pregunta que flota como humo de puro habano es: ¿quién frenó a Yeni? ¿Quién tiene el poder —y el interés— de proteger al influyente empresario de la acción de la justicia?
Aguasvivas no dio nombres, pero habló de “manos oficiales”, esas que no necesitan firma ni sello para mover los hilos del poder. ¿Una señal de que la ley no siempre tiene la última palabra? ¿O fue todo una jugada estratégica para medir reacciones?
Mientras tanto, los familiares de las víctimas exigen respuestas, y la ciudadanía observa cómo el drama se vuelve novela, con protagonistas de alto perfil, abogados dispuestos a batirse a duelo verbal, y un guion que parece escrito entre bastidores de un teatro político-judicial.
¿Será que en República Dominicana hay ciudadanos blindados por influencia? ¿O estamos ante una campaña de desinformación para desviar la atención?
Lo cierto es que Antonio Espaillat, hasta nuevo aviso, sigue libre. La Procuradora, por su parte, guarda silencio. Y nosotros… seguimos mirando el telón, esperando el próximo acto.