-Asesinan al alcalde de Uruapan en pleno acto público: Michoacán vuelve a temblar bajo fuego narco-
🔴 Circula video donde se escucha el ataque a Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán. pic.twitter.com/OSzlf2rMPS
— Federico Sariñana (@PikoSarinana) November 2, 2025
Carlos Manzo, quien había denunciado la violencia criminal y patrullaba las calles con chaleco antibalas, fue abatido a tiros en la plaza principal. Dos sospechosos fueron detenidos y uno de los atacantes murió en el enfrentamiento.
La violencia volvió a sacudir el corazón del occidente mexicano. Hombres armados abrieron fuego durante un acto público en la plaza central de Uruapan, asesinando al alcalde Carlos Manzo, un político que se había convertido en símbolo de resistencia ante el poder del crimen organizado.
El ataque ocurrió a plena luz del día, frente a decenas de asistentes, desatando el pánico. Videos difundidos en redes sociales muestran a ciudadanos corriendo entre gritos y disparos, mientras el caos se apoderaba de la escena.
La Agencia Nacional de Seguridad Pública confirmó el hecho y señaló que “dos personas implicadas fueron detenidas y uno de los agresores perdió la vida”. No se ha informado aún la identidad de los detenidos ni el móvil exacto del ataque, aunque la sombra del narcotráfico vuelve a proyectarse sobre Michoacán.
Carlos Manzo asumió la alcaldía en septiembre de 2024, decidido a enfrentar a los grupos delictivos que asfixian la región. En múltiples ocasiones patrulló las calles acompañado de la policía municipal, portando chaleco antibalas y cámara en mano para enviar un mensaje de desafío a los cárteles.
“No podemos vivir con miedo. El Estado debe recuperar el control de nuestras calles”, declaró en junio pasado, en uno de sus videos difundidos en redes sociales. Ese mismo coraje que lo convirtió en referente local, hoy es recordado como la antesala de su destino trágico.
El estado de Michoacán vive desde hace años una guerra entre organizaciones criminales que extorsionan a productores agrícolas y controlan rutas de narcotráfico. La violencia ha alcanzado no solo a campesinos y empresarios, sino también a alcaldes, activistas y defensores comunitarios.
El asesinato de Manzo ocurre apenas días después de la ejecución de Bernardo Bravo, líder campesino que también había denunciado los cobros ilegales impuestos por las bandas. Ambos crímenes dibujan un panorama alarmante para la seguridad local y nacional.
El asesinato de figuras públicas como Manzo y Bravo evidencia la fragilidad del Estado mexicano ante el poder económico y armado del crimen organizado. Los llamados del alcalde a reforzar la presencia federal quedaron ahogados entre las balas.
Mientras tanto, Michoacán —una tierra fértil, orgullosa y trabajadora— sigue siendo escenario de una guerra que no cesa.
-Luis Rodriguez Salcedo para TeclaLibre-
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