La reciente decisión del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 25% a todos los vehículos y sus componentes fabricados fuera de Estados Unidos ha generado consternación entre los aliados y ha provocado caídas en las bolsas de los fabricantes de automóviles. Esta medida, que entrará en vigor el 3 de abril, busca impulsar la manufactura nacional, pero ha suscitado críticas y preocupaciones a nivel global.
Los fabricantes de automóviles a nivel mundial anticipan interrupciones significativas debido a estos aranceles. Se prevé que los precios de los vehículos aumenten, afectando negativamente a los consumidores estadounidenses. Países como Japón, Corea del Sur, México, Canadá y naciones europeas, que dependen en gran medida del mercado estadounidense, se verán particularmente afectados. Políticos y líderes empresariales de estos países están considerando medidas de represalia, aunque las negociaciones continúan en un intento por evitar una guerra comercial.
México: La presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado los aranceles automotrices impuestos por Trump y busca obtener un trato preferencial que elimine estos aranceles para las autopartes mexicanas. Sheinbaum argumenta que, según el espíritu del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), México y Canadá deberían estar exentos de tales tarifas. La mandataria ha optado por una estrategia de negociación en lugar de confrontación, confiando en que las mesas de trabajo entre su gabinete y el Departamento de Comercio de EE. UU. lleguen a una solución antes de la fecha límite.
Canadá: El primer ministro Mark Carney ha declarado que la tradicional relación entre Canadá y Estados Unidos ha llegado a su fin debido a los aranceles impuestos por Trump. Carney enfatiza la necesidad de que Canadá reimagine su economía para prosperar en estas nuevas circunstancias y ha anunciado planes para construir una «nueva economía» menos dependiente de Estados Unidos. Esto incluye represalias comerciales y la creación de una cadena de suministro nacional para la industria automotriz que utilice acero y aluminio locales.
Estas respuestas subrayan la tensión creciente en las relaciones comerciales de América del Norte y la incertidumbre que enfrentan las economías interconectadas de la región.
LRS