Costa Rica ha emergido como un destacado centro de manufactura sofisticada en América Latina, posicionándose como el segundo principal exportador de dispositivos médicos en la región. En esta edición de Enlace Centroamérica, exploramos cómo este país se ha distinguido en el ámbito internacional y cómo ha logrado este crecimiento económico y social.
Desde sus primeros años de vida independiente, Costa Rica supo capitalizar su posición geográfica y recursos naturales, vinculándose al mercado mundial a través del café hacia 1840. Este éxito inicial permitió el desarrollo económico y social, posteriormente ampliado con la producción bananera en los siglos XIX y XX bajo el modelo agroexportador.
En la segunda mitad del siglo XX, Costa Rica apostó por la industrialización para sustituir las importaciones. Surgieron entonces industrias clave como materiales eléctricos, construcción, textiles, maquinaria, productos químicos y alimenticios. Además, se consolidaron productos de exportación no tradicionales como la piña, flores y plantas ornamentales.
Incentivos estratégicos y educación
Para consolidar su posición como destino competitivo, Costa Rica implementó reducciones fiscales y otros incentivos para atraer inversión extranjera. Factores como la seguridad jurídica, la estabilidad política y una sólida educación pública gratuita y obligatoria, iniciada en el siglo XIX y fortalecida en 1949 con la abolición del ejército, han sido pilares fundamentales.
El Instituto Nacional de Aprendizaje, establecido en 1965, fue clave para la capacitación técnica e industrial de los costarricenses, adaptando sus conocimientos a las demandas del mercado y preparándolos para la industria moderna.
El auge de los dispositivos médicos
A partir de 1990, Costa Rica se convirtió en un imán para multinacionales de dispositivos médicos, liderando las exportaciones en la región. En 2023, estos dispositivos representaron el 42% de las exportaciones totales del país, alcanzando los 7.600 millones de dólares, un incremento del 28% respecto al año anterior. Más del 65% de estas exportaciones se destinan a Estados Unidos, consolidando una fuerte relación comercial.
Costa Rica alberga actualmente 92 empresas del sector, incluyendo recientes incorporaciones como una compañía estadounidense especializada en la fabricación de catéteres para tratar calcificaciones vasculares.
Un futuro prometedor: semiconductores y tecnología
El despegue definitivo de Costa Rica como centro de mano de obra calificada ocurrió con la llegada de Intel en 1997. Esta experiencia positiva atrajo a otras multinacionales con operaciones tecnológicas sofisticadas. A pesar de que Intel trasladó sus operaciones de ensamblaje a Asia en 2014, mantuvo un área de diseño e ingeniería en Costa Rica y retornó en 2020 con planes de expansión tras la pandemia.
El país ahora se propone convertirse en uno de los principales productores de semiconductores de América Latina, apoyado por iniciativas estratégicas de Estados Unidos. Costa Rica fue designado por EE. UU. como la primera nación aliada estratégica en su plan para reducir la dependencia del mercado asiático y traer la manufactura de microchips a aliados confiables.
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chávez, ha declarado de interés público la industria de semiconductores, presentando una hoja de ruta para acelerar su crecimiento en los próximos años.
