El Gobierno de Donald Trump suma otro capítulo a sus polémicas deportaciones. Ocho inmigrantes serán enviados a Sudán del Sur en un vuelo que fue pausado por orden de un juez federal que consideró la decisión como una violación al debido proceso. El avión despegó y quedó a medio camino, en Djibouti, donde los expulsados permanecerán por algunas semanas. Se trata de un envío a un tercer país, que no es considerado seguro ni siquiera por el propio Estados Unidos.
