La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) condenó enérgicamente el incidente ocurrido entre agentes de la Policía Nacional y residentes de varias comunidades de Sánchez Ramírez durante una manifestación pacífica contra la instalación de equipos pesados para la construcción de una presa de cola de la minera Barrick Gold.
En un comunicado emitido este jueves, la CED expresó su «rotundo desacuerdo» con los actos de violencia y acusó a la Barrick Gold, en conjunto con miembros de la Policía Nacional y el Ejército de la República Dominicana, de agredir a los habitantes de Arroyo Vuelta y otras cinco comunidades del distrito municipal de Zambrana, en Cotuí.
La iglesia calificó como «inaceptable» el uso desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes, señalando que estos actos constituyen una violación de los derechos humanos y un irrespeto a la dignidad de las personas. El enfrentamiento dejó varias personas heridas, incluyendo a dos sacerdotes.
“La violencia nunca puede ser la respuesta, y mucho menos cuando afecta derechos fundamentales como el de la protesta pacífica. Llamamos a las autoridades a respetar la dignidad humana y a la empresa minera a actuar con responsabilidad social”, destacó la Conferencia en su declaración.
