En los últimos 15 meses, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha enfrentado una serie de desafíos legales y políticos que han marcado su administración.
En septiembre de 2024, Adams fue formalmente acusado de soborno, fraude electrónico y conspiración por presuntamente aceptar contribuciones extranjeras ilegales para su campaña. Se alega que recibió viajes de lujo financiados por el gobierno turco a cambio de presionar al Departamento de Bomberos para facilitar la apertura de un consulado turco en Manhattan. Adams se declaró no culpable de estos cargos.
El juicio federal se programó inicialmente para el 21 de abril de 2025, apenas dos meses antes de las primarias demócratas en las que Adams buscaba la reelección. Sin embargo, en febrero de 2025, el Departamento de Justicia de EE. UU., bajo la dirección de la administración del presidente Trump, solicitó formalmente al juez la desestimación de los cargos contra Adams.
Esta decisión generó controversia y provocó la renuncia de varios funcionarios del Departamento de Justicia, incluyendo a la fiscal federal en funciones del Distrito Sur de Nueva York, Danielle Sassoon, quien expresó preocupaciones sobre la independencia de la fiscalía ante la injerencia política.
La intervención del Departamento de Justicia y la subsecuente desestimación de los cargos han suscitado críticas generalizadas y llamados a la renuncia de Adams. Líderes políticos y comunitarios, incluyendo al gobernador de Nueva York, Kathy Hochul, y al representante Hakeem Jeffries, han cuestionado la integridad del alcalde y su aparente alineación con la administración Trump, especialmente en temas de políticas migratorias. Se alega que Adams pudo haber colaborado con las políticas de deportación masiva de Trump a cambio de la desestimación de los cargos en su contra.
La controversia ha tenido un impacto significativo en la comunidad afroamericana de Nueva York. Durante el fin de semana anual del Caucus en Albany, líderes políticos afroamericanos discutieron la situación de Adams y consideraron posibles sucesores. Figuras como la presidenta del Concejo Municipal, Adrienne Adams, y el exgobernador Andrew Cuomo han sido mencionadas como posibles candidatos para la alcaldía. La situación ha generado un debate sobre la representación y el liderazgo afroamericano en la política de la ciudad.
El Departamento de Justicia interpuso hoy la moción para hacer efectiva la retirada de cargos contra Adams tras una oleada de renuncias en la Fiscalía de Manhattan, un total de siete, en protesta por esa orden, y encabezadas por la fiscal interina Danielle Sassoon y el fiscal adjunto Hagan Scotten.
Scotten, que dirigió el caso contra Adams, escribió en una carta al número dos de Justicia, Emil Bove- “Supongo que en algún momento encontrará a alguien lo suficientemente tonto o suficientemente cobarde para interponer su moción».
En los últimos meses, se ha hecho más notable la simpatía del demócrata con Trump, con quien se reunió el pasado enero en su residencia de Mar-a-Lago (Florida), para hablar, entre otras cuestiones, de seguridad e inmigración.
“Estoy en deuda únicamente con los 8,3 millones de neoyorquinos que represento y siempre pondré a esta ciudad en primer lugar”, aseguró el alcalde, que ha ordenado a la policía cooperar con la Administración Trump en el arresto de inmigrantes con expediente criminal.
En resumen, el último año y medio ha sido tumultuoso para el alcalde Eric Adams, marcado por acusaciones de corrupción, intervenciones controvertidas del Departamento de Justicia y crecientes llamados a su renuncia. Estas circunstancias han influido en el panorama político de Nueva York y han generado debates sobre la ética, la justicia y el liderazgo en la ciudad.
