-Análisis de la declaración de la Casa Blanca sobre los aranceles a China-
Por Luis Rodriguez Salcedo
La afirmación de la portavoz Karoline Leavitt de que «la Administración está preparando el terreno para un acuerdo con China» representa un giro potencial en la política comercial de la Casa Blanca tras un nuevo endurecimiento de los aranceles. Esta medida, que eleva los gravámenes a un 125 % sobre las importaciones chinas —sumándose a un 20 % adicional ya aplicado—, es un gesto claro de presión en un contexto bilateral tenso.
Continuidad y ruptura con la era Trump: La mención a la “Administración Donald Trump” sugiere que estas medidas se enmarcan en una línea de continuidad respecto a la política arancelaria del expresidente, aunque ahora se matizan con la posibilidad de negociación. Durante el mandato de Trump, los aranceles fueron utilizados como herramienta de presión para equilibrar la balanza comercial con China y proteger la industria estadounidense.
El nexo entre los aranceles y el flujo de fentanilo subraya cómo la actual Administración está utilizando el comercio como una vía para forzar cambios en áreas no estrictamente comerciales. Washington acusa a China de ser una fuente clave de los precursores químicos utilizados en la producción de esta droga sintética, que ha provocado una grave crisis de salud pública en EE.UU.
El lenguaje utilizado —“preparando el terreno”— sugiere una etapa preliminar de acercamiento diplomático. No hay fecha concreta para la firma del pacto, pero la declaración funciona como un mensaje político, tanto hacia Pekín como hacia los mercados y el electorado estadounidense.
Para China: Un posible acuerdo podría incluir concesiones en el control de sustancias químicas y medidas para equilibrar el comercio bilateral. Sin embargo, las sanciones impuestas podrían ser vistas como una forma de presión que podría endurecer la postura china.
Para EE.UU.: La administración busca mostrar firmeza frente a China, pero también voluntad de diálogo, lo cual podría interpretarse como un intento de equilibrar la necesidad de proteger intereses económicos con la urgencia de cooperar en temas transnacionales como el narcotráfico.
Para el comercio global: Este tipo de tensiones influyen en los mercados internacionales. Las subidas arancelarias generan incertidumbre, pero el anuncio de un posible acuerdo podría suavizar expectativas negativas en los sectores afectados por la guerra comercial.
