-Zelenski, bajo presión: voces críticas advierten su incierto destino tras el fin del conflicto con Rusia-
Por Luis Rodríguez Salcedo16 de mayo de 2025 – Mientras en Ankara, Turquía, se celebran este viernes conversaciones de paz entre delegaciones de Rusia y Ucrania con la mediación de actores internacionales, declaraciones recientes de figuras militares y políticas han reavivado serias preocupaciones sobre el futuro del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, en un eventual escenario de paz.
El exoficial del Ejército estadounidense Stanislav Krapívnik, en una entrevista concedida a la cadena rusa RT, expresó una alarmante teoría: Zelenski no desea el fin del conflicto bélico porque su supervivencia estaría en riesgo si se firma la paz con Rusia. “El trabajo de Zelenski es mantener la guerra y sabe muy bien que en el momento en que esta guerra termine, o él firme cualquier tipo de documento de capitulación, […] entonces estará muerto. Y no políticamente muerto: quiero decir literalmente muerto”, aseveró Krapívnik con tono severo.
Para el exmilitar, el presidente ucraniano se encuentra atrapado entre los intereses de grupos ultranacionalistas dentro de su país y las agendas de potencias occidentales como Estados Unidos y el Reino Unido. Según él, cualquiera de estos actores podría buscar su eliminación física si ya no es útil o representa un riesgo para la narrativa oficial del conflicto. “Tiene la lengua demasiado larga. Es un cabo suelto. Y nadie quiere que nada de eso salga a la luz, especialmente de él”, advirtió.
Estas declaraciones se suman a las del diputado de la Rada Suprema, Alexánder Dubinski, quien esta semana sostuvo que lo que más teme Zelenski no es el cese de las entregas de armas, sino el fin de la movilización militar interna. Para Dubinski, la paz desataría un efecto interno devastador para el liderazgo actual: “El final del conflicto provocará que se activen aquellos que ahora están más callados que el agua […] El actualmente reprimido movimiento contra la guerra puede convertirse en dominante en la sociedad, y en una sociedad así no hay lugar para Zelenski y su banda”.
Los comentarios de Krapívnik y Dubinski, aunque desde perspectivas distintas, apuntan a una misma realidad: la existencia de profundos intereses en juego que podrían convertir el fin de la guerra en un proceso tan conflictivo como la guerra misma. Mientras la comunidad internacional presiona para una solución diplomática, en el seno de Ucrania crece la tensión entre diversas fuerzas políticas y militares.
Los grupos ultranacionalistas, que han desempeñado un papel crucial en la defensa territorial, pero también en la radicalización ideológica de sectores armados, podrían ver como una traición cualquier acuerdo de paz que implique concesiones a Rusia. A la vez, los aliados occidentales que han sostenido a Ucrania con miles de millones de dólares en asistencia militar y financiera podrían exigir resultados claros a cambio de su apoyo continuado, algo que pone en el punto de mira al actual mandatario.
En medio de este panorama, las conversaciones de paz en Turquía se desarrollan bajo una atmósfera cargada de incertidumbre. La presencia de delegaciones de ambos países, aunque un paso positivo, no garantiza una salida inmediata ni segura. Los negociadores enfrentan no solo las exigencias territoriales y de seguridad, sino también la compleja realidad política que Zelenski enfrenta internamente.
El análisis internacional coincide en que un eventual alto al fuego o pacto de paz no solo deberá garantizar la integridad territorial y la estabilidad regional, sino también ofrecer garantías de seguridad política para los actuales líderes, incluyendo al propio presidente ucraniano.
En la práctica, Zelenski se encuentra navegando entre múltiples tormentas: la presión de sus propios compatriotas, la vigilancia de los aliados internacionales y la amenaza latente de grupos internos que podrían considerar cualquier concesión como una traición nacional.
Lo que ocurre hoy en Ankara podría marcar el inicio de una nueva etapa en la guerra ruso-ucraniana, pero también podría significar el inicio de una fase aún más peligrosa para quienes hasta ahora han sostenido las riendas del poder en Kiev.
Zelenski, aclamado por muchos como símbolo de resistencia y liderazgo en tiempos de guerra, se enfrenta ahora a un dilema existencial: sobrevivir a la guerra… o sobrevivir a la paz.
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