-SUSTITUYE A TRUDEAU PARA ENFRENTAR LAS AMENAZAS ARANCELARIAS DE TRUMP-
Mark Carney, un economista de renombre mundial y exgobernador tanto del Banco de Canadá como del Banco de Inglaterra, ha sido elegido como el nuevo líder del Partido Liberal de Canadá, lo que lo posiciona como el próximo primer ministro del país. Su ascenso al liderazgo político llega en un momento de crisis sin precedentes para Canadá, marcado por las tensiones comerciales y las provocaciones del presidente estadounidense Donald Trump. Carney, de 59 años, asumirá el cargo en los próximos días tras la dimisión de Justin Trudeau, quien anunció su retiro en enero de 2025 después de nueve años al frente del gobierno, debilitado por luchas internas y una creciente impopularidad.
El nuevo premier no es un político tradicional. Sin experiencia parlamentaria previa, Carney ha construido su reputación como un gestor de crisis excepcional. Durante su mandato en el Banco de Canadá (2008-2013), lideró la economía nacional a través de la crisis financiera global, implementando medidas que evitaron los peores efectos del colapso económico mundial. Más tarde, como gobernador del Banco de Inglaterra (2013-2020), el primero no británico en ocupar ese cargo en más de tres siglos, enfrentó los desafíos del Brexit y los primeros embates de la pandemia de COVID-19, estabilizando la economía británica en tiempos de incertidumbre. Estas experiencias, según él mismo ha declarado, lo han preparado para el desafío que ahora tiene ante sí: proteger la soberanía y la economía canadiense frente a las políticas agresivas de Trump.
El contexto de su llegada al poder es crítico. Donald Trump, tras su regreso a la Casa Blanca en 2025, ha intensificado su retórica contra Canadá, imponiendo aranceles del 25% a productos canadienses y mexicanos desde el 4 de marzo de 2025, y amenazando con más medidas proteccionistas. Además, ha reiterado en múltiples ocasiones su deseo de convertir a Canadá en el «estado número 51» de Estados Unidos, una idea que ha encendido el nacionalismo canadiense y generado una ola de rechazo en el país vecino. En respuesta, Trudeau había anunciado aranceles de represalia por valor de 20,600 millones de dólares sobre bienes estadounidenses, pero su salida dejó al Partido Liberal en busca de un líder capaz de enfrentar esta tormenta.
Carney, en su primer discurso como líder electo el 9 de marzo de 2025, no dudó en señalar a Trump como el principal adversario. «Hay alguien que está tratando de debilitar nuestra economía», afirmó. «Donald Trump ha impuesto aranceles injustificados a lo que fabricamos, a lo que vendemos y a cómo nos ganamos la vida. Está atacando a las familias, a los trabajadores y a las empresas canadienses, y no podemos permitirle que triunfe». Con un tono firme y patriótico, Carney prometió mantener los aranceles de represalia hasta que «los estadounidenses nos muestren respeto» y anunció que los ingresos generados por estas medidas se destinarán a apoyar a los trabajadores y las empresas afectadas. «No pedimos esta pelea, pero los canadienses siempre estamos listos cuando alguien se quita los guantes», dijo, evocando una metáfora del hockey sobre hielo, el deporte nacional. «En el comercio, como en el hockey, Canadá ganará».
Su elección como líder del Partido Liberal fue contundente, obteniendo el 85.9% de los votos frente al 8% de su principal contendiente, Chrystia Freeland, exviceprimera ministra y ministra de Finanzas, cuya renuncia en diciembre de 2024 precipitó la crisis interna que llevó a la salida de Trudeau. Carney, un outsider político con un currículum técnico impecable, se presenta como una figura de estabilidad en un momento de turbulencia. Sin embargo, su falta de experiencia en el Parlamento y el hecho de que el Partido Liberal gobierne en minoría plantean desafíos inmediatos. La oposición, liderada por el conservador Pierre Poilievre, ya ha anunciado su intención de forzar elecciones anticipadas mediante una moción de censura, lo que podría ocurrir tan pronto como el Parlamento reanude sesiones el 24 de marzo de 2025.
El futuro de Carney como primer ministro dependerá de su capacidad para transformar el actual repunte del Partido Liberal en las encuestas —impulsado por el sentimiento anti-Trump— en una victoria electoral. Su estrategia incluye diversificar las relaciones comerciales de Canadá con socios más confiables y fortalecer la economía interna, mientras rechaza de plano las insinuaciones de anexión de Trump. «Canadá jamás, en ninguna forma o circunstancia, será parte de Estados Unidos», declaró enfáticamente, ganándose aplausos de los militantes liberales.
Más allá de la confrontación con Trump, Carney enfrenta el reto de demostrar que no es solo un tecnócrata de emergencia, sino un líder con visión política. Con elecciones generales programadas para octubre de 2025, aunque posiblemente adelantadas a abril, su mandato interino será una prueba de fuego. En un país polarizado y ante un vecino beligerante, Mark Carney cree que su vida lo ha preparado para este momento. Ahora, el mundo observa si podrá guiar a Canadá a través de esta tormenta sin precedentes.
