¿Montaje o descuido? El enigma del apresamiento de Ángel Martínez en Puerto Plata
Por Luis Rodríguez Salcedo
El apresamiento del controversial detective y comunicador Ángel Martínez este lunes en Puerto Plata ha dejado más preguntas que certezas. ¿Fue una acción legal bien ejecutada por las autoridades o una jugada maestra del propio protagonista? Porque si alguien sabía que estaba en la mira, era él mismo. Y si vivía «tranquilamente» en La Florida, como tantas veces declaró, ¿qué lo trajo de vuelta al país que, según él, lo quiere ver entre rejas?
Martínez, conocido por su estilo directo, sus denuncias sin filtros y su particular manera de entender el periodismo de investigación, no ha sido precisamente un amigo de la discreción. Desde hace años afirma que no pisa suelo dominicano porque sus enemigos —a quienes señala con nombre y apellido— lo quieren preso, o peor aún. Entonces, su llegada repentina a Puerto Plata, donde fue detenido como si se tratara de un guión preensayado, ha desatado una ola de especulaciones en medios y redes sociales.
¿Vino a propósito sabiendo que lo esperarían? ¿Se trató de un retorno calculado para convertirse en mártir o llamar la atención pública? ¿O simplemente cometió un descuido impropio de quien se presenta como un experto en inteligencia y seguridad?
Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido detalles precisos sobre los cargos que motivaron su detención. Algunos medios sugieren que podrían estar vinculados a acusaciones de difamación o a procesos judiciales en curso. Pero el silencio oficial, sumado al historial mediático de Martínez, alimenta la versión de que esto no es más que un nuevo capítulo en su novela personal.
El público, como siempre, está dividido. Para algunos, Ángel Martínez es un valiente que dice verdades que nadie se atreve a pronunciar. Para otros, es un provocador profesional que no vacila en cruzar la línea entre el periodismo y el espectáculo. Lo cierto es que su figura no deja a nadie indiferente, y su apresamiento, lejos de apagar los reflectores, parece haberlos multiplicado.
Mientras tanto, en los pasillos judiciales se aguarda por información concreta. Y en las redes, las teorías abundan: que fue una celada, que viene con un plan, que busca asilo político, o incluso que todo es parte de una estrategia para posicionarse de nuevo en el escenario noticioso.
Solo el tiempo revelará si el regreso de Ángel Martínez fue un error de cálculo o una jugada digna de Sherlock Holmes… versión caribeña.
