Hoy, 21 de octubre conmemoramos el 175 aniversario del nacimiento de Salome Ureña, eximia poeta, Maestra, en su honor, hoy en la República Dominicana, es el DIA DE LA POESÍA, celebramos su vida, su obra en favor de la educación, especialmente de la mujer dominicana.
Vamos a compartir dos cartas que enviara a su esposo Francisco Hilario Henríquez y Carvajal (14 de enero de 1859 – 6 de febrero de 1935) habia estudiado filosofía y derecho constitucional con Eugenio María de Hostos y derecho romano con Félix María del Monte, ademas fue medico, educador y político y presidente de la República Dominicana desde julio de 1916 hasta noviembre de 1916.
Papancho, como le decían a Francisco, se encontraba estudiando en París desde 1887 hasta 1891, para graduarse de doctor en medicina.
El 11 de junio de 1888, Salome le recrimina a su esposo que compartiera sus cartas con su hermano Federico, también le comenta sobre las lecciones que el Maestro Eugenio María de Hostos le ofrecía sobre el magisterio, vemos que Papancho le consideraba atrevida, a la vez, conocemos los apodos de sus tres hijos a quienes llama urraquitas: Fran, Pibin, Max… en ese tiempo no existía Camila.
CARTA DE SALOME UREÑA A FRANCISCO HENRIQUEZ Y CARVAJAL
Miércoles 11 de junio de 1888
Pancho, mi amor:
Algunos días el corazón se aligera. ¿Quién puede explicar este misterio? Hasta Hostos, que siempre subraya el valor racional de las cosas, concuerda en que apenas entendemos los manantiales profundos de nuestro ser.
Tal parece que tu hermano Federico le mostró mi poema “Tristezas”. ¿Es que tu hermano tiene que leer toda nuestra correspondencia? Hasta lo que yo consigo pasar por detrás de él, tú se lo envías para su inspección.
Algo bueno resultó de la indiscreción de tu hermano: el Maestro estaba tan preocupado con tu estado mental que vino a hablarme. Debo admitir que me sentí optimista por el resto del día. El Maestro me recordó que la labor que hacemos es como sembrar una semilla en la tierra, que permanece invisible hasta que germina – diferente a un poema que puedo sostener em mis manos.
Me acusas de ser atrevida en lo que escribo, eso no es una nueva inclinación mía como bien sabes.
El Maestro te mandas saludos. Así como los tres urraquitas que insisten en poner sus marcas aquí:
Papancho ven pronto a casa! Tu hijo Fran.
Papancho tráeme unas letras de madera para completar mi juego, Pibín
Xxxxxx (Max dice que ha escrito “su nombre grande”, Maximiliano, supongo.)
Y finalmente, tu Salomé
Carta de Salome Ureña a su esposo Francisco Henriquez i Carvajal.
El domingo 21 de octubre, dia que cumplía treinta y ocho años (38) escribe a su amado esposo sobre los versos que fueron leídos por su cuñado Federico y que emocionaron a sus estudiantes, sobre el vestido de seda que le enviara y sobre las medias blancas para los niños, la persecución del tirano Lilis (Ulises Heureaux) al Maestro Eugenio María de Hostos, y su viaje a Chile en diciembre de 1888, ha optado por marcharse. «Tal parece que solo tiene dos opciones, destierro o entierro». Salome le cuenta a Papancho, la jornada laboral y su consagración al magisterio, era una Jornada Extendida, sus «estudiantes que llegan a las siete y no se van hasta las seis de la tarde».
También forma parte de sus preocupaciones la epidemia del crup y le pregunta a Papancho si era transmitida por los gatos, que le preguntara a su profesor alla en París:
» ¿Crees que el crup puede ser transmitido por un gato? Por favor discute esto con Dieulafoy».
Domingo 21 de octubre de 1888
Mi queridísimo esposo:
Recibimos tu poema, el cual Federico tuvo la amabilidad de leer a mis estudiantes sin decirles quien lo había escrito, pero todos pensaron que tú eras el autor. Muy lindos versos. No quedó un ojo seco en el salón.
También recibí el hermoso vestido de seda que compraste en Nantes. Pero Pancho, mi amor, ¿dónde voy a ir con ese vestido, si no salgo a ninguna parte sin ti? Por favor, la próxima vez recuerda que te pedí que no le envíes medias blancas a los niños porque son muy pequeñas, y he despedido a la lavandera para ahorrar dinero. Por cierto, que Max ya esta tan grande como Pibín, pero las medias chiquitas le servirán a algunos de nuestros tantos sobrinitos.
Las escuelas de Hostos están bajo ataque frontal. Mi instituto, por ser para mujeres, se ha salvado, hasta el momento, de contratiempos. Pero a los estudiantes de Hostos los hostigan camino a clase. Hemos tenido que apostar a la entrada gente que nos apoya. Fiel a su apellido, tu hermano es el primero entre ellos. Aquí está a mi lado, quejándose de que lo adulo demasiado.
Todos estamos bien. He mejorado bastante del asma. Las elecciones de agosto fueron pacificas, ¿cómo no iban a serlo? Solamente votaron once mil de los cien mil hombres con derecho al sufragio, y todos estaban a favor de Lilís. Sus oponentes huyeron a Haití, desde donde, nos enteramos, están planeando una invasión. ¡Nuestro antiguo enemigo ahora guarda las semillas de nuestro futuro! Pero queda por ver si la patria algún día retoñara.
Estamos trabajando día y noche para poder graduar la próxima clase antes de que Hostos se vaya en diciembre. Si, el maestro ha aceptado una invitación a Chile para organizar escuelas allí. Perdemos a nuestros mejores hombres. Tal parece que solo tiene dos opciones, destierro o entierro. Las estudiantes llegan a las siete y no se van hasta las seis de la tarde. Si te preguntas cuando es que llevo a los niños a la orilla del mar, como ordenaste, la epidemia de crup ha tomado tales proporciones que ya no me siento segura viajando en tranvía.
La única que tiene permiso para salir es Mimi. ¿Crees que el crup puede ser transmitido por un gato? Por favor discute esto con Dieulafoy.
Federico dice que no debo causarte preocupaciones, que te repita que los muchachos están bien, que mi asma esta mejor y que tu primer poema en ocho años esta muy bien.
Salomé continua escribiendo el 25 de octubre y le cuenta a Papancho sobre la dedicación de sus seis estudiantes:
«Que escena tan conmovedora, Pancho. Quisiera que hubieses sido testigo. Imagínate a mis seis estudiantes mayores inclinadas sobre sus diagramas del interior de las flores (qué recuerdos, pancho, qué recuerdos). Se quedan después de la clase para terminar sus lecciones de botánica y graduarse antes de que el Maestro se vaya. De vez en cuando, un suspiro de cansancio o de asombro escapa de sus labios.
Cuéntale ademas que sus alumnas se entristecen al pensar que ella ha dejado de ser poeta, para ser maestra.
– Maestra, nos entristece pensar que usted ha dejado la poesía para educarnos.
– Pobre-citas, durante años han anidado este sentimiento de culpa. Ademas le comunica que su gran sufrimiento era por el amor a su patria.
SALOME VIVE HOY MAS QUE NUNCA!! 175 AÑOS DESPUÉS, TE AMAMOS PROFUNDAMENTE, PORQUE TOMASTE EN TUS MANOS LA ANTORCHA DE LA LIBERTAD, LA EDUCACIÓN QUE LIBERA A LOS PUEBLOS!!
A continuación transcribimos la misiva:
25 de octubre (continuación)
Que escena tan conmovedora, Pancho. Quisiera que hubieses sido testigo. Imagínate a mis seis estudiantes mayores inclinadas sobre sus diagramas del interior de las flores (qué recuerdos, pancho, qué recuerdos). Se quedan después de la clase para terminar sus lecciones de botánica y graduarse antes de que el Maestro se vaya. De vez en cuando, un suspiro de cansancio o de asombro escapa de sus labios.
De pronto, levanto la vista y las encuentro a mi alrededor, sus lindos ojos humedecidos y sus caritas entristecidas. Eva me dice,
-Maestra, nos entristece pensar que usted ha dejado la poesía para educarnos.
Pobrecitas, durante años han anidado este sentimiento de culpa.
Les explico que mi silencio no tiene nada que ver con ellas. Los sufrimientos de mi país, sus caídas y sus lapsos son la causa principal.
-Ustedes no lo saben aun, les digo, siendo tan jóvenes, cuan profundamente se puede amar a la patria.
Tu Salomé
El lunes 24 de diciembre de 1888, Nochebuena, Salome le dice a Francisco que Pibin (Pedro) se ha restablecido completamente del crup que lo mantuvo días y días entre la vida y la muerte, dice haber envejecido años en un mes, la enfermedad de Pibin, la partida de Hostos, el poema Angustias habla por si solo…
Angustias
(A mi esposo, ausente en Europa)
El jueves 15 de agosto de 1889, vísperas del Dia de la Restauración, Salome le escribe a su esposo Francisco, que se encuentra en Francia, sobre la situación de sus hermanos:
A Manuel, lo han deportado para Santo Tomas y a Federico lo metieron en la Fortaleza por un artículo sedicioso que escribió en contra de la última emisión de papel moneda de Lilis. Algunos critican el hecho de que Francisco haya aceptado la beca para estudiar en Francia.
Salome le cuenta que los niños leen:
“Pibín y Max están a mi lado. Pibín le está leyendo a Max un periodiquito para niños, La edad de oro, que publica Martí en Nueva York. Betances en Brooklyn y Hostos en Chile. Penson camino al norte. ¡Todo nuestro Caribe vive en otros lugares!”
Salome Ureña es visionaria, ella muere el 6 de marzo de 1897 y en 1916 ocurre la primera intervención de los Estados Unidos en República Dominicana
“Hemos tenido noticias de una primera conferencia panamericana en Washington, D.C., convocada por el Presidente Harrison. (Federico pensaba asistir). Mister Harrison ha dicho que Estados Unidos quiere ser un vecino amistoso. ¡Amistoso en verdad, llegan y se apropian de lo que les venga en gana! Si no tenemos cuidado, un día de estos vamos a tener a un americano de gobernador en lugar del español de antes.
Mientras tanto, se devoran su propio continente. ¿Te enteraste de que han adquirido cuatro nuevos estados (cada uno mas grande que nuestra pequeña patria)? No recuerdo los nombres – estoy segura que Pibin si, pero se encuentra en casa de Manina.
Los niños acaban de llegar e insisten en saludar a su padre. Me quitan la pluma de las manos.
Hola Papancho. Son Montana, Washington, Dakota del Norte y Dakota del Sur.
Hola Fran. Hola Mademoiselle.
Pibín y xxxxx
Y tu Salome.
SALOME UREÑA, FEMINISTA
Salome Ureña le cuenta a su Pancho querido el domingo 15 de abril de 1890, que había fallecido Billini* y “no les permitieron marchar a sus estudiantes, solamente a los varones, ella les aconsejo que se pusieran en fila en las aceras y que agitaran un pañuelo o un pedazo de tela negra. No puede ser que se nos niegue hasta el derecho al duelo”.
* El sacerdote Francisco Javier Billini Hernández, murió en la ciudad de Santo Domingo, el 9 de marzo de 1890.

