Surgen cuestionamientos a la Aptitud Presidencial en EE. UU.
El reciente anuncio de un nuevo examen médico para el presidente Donald Trump, solo meses después de haber sido declarado «completamente apto» en abril, ha intensificado el debate público y mediático sobre su salud y su aptitud para gobernar. Este escrutinio no es una mera especulación política, sino una preocupación de Estado alimentada por síntomas físicos visibles y una serie de comportamientos públicos erráticos.
1- Los Signos Físicos Confirmados. Las señales de alarma iniciales se han centrado en dos afecciones físicas reportadas y confirmadas por la Casa Blanca:
Insuficiencia Venosa Crónica (IVC): El diagnóstico se hizo público tras la aparición de hinchazón notable en los tobillos del presidente. La Casa Blanca confirmó la IVC, una condición común en personas mayores de 70 años, que afecta la circulación de la sangre en las piernas y explica la dificultad para caminar y la lentitud observadas.
Hematomas en la Mano Derecha: La presencia de moretones visibles en su mano se atribuyó oficialmente al uso de aspirina (un anticoagulante en su régimen preventivo cardiovascular) y a la frecuencia de los apretones de manos vigorosos.
Aunque la Casa Blanca ha insistido en que su salud es «excelente» y que no hay indicios de condiciones más graves como trombosis, la necesidad de un examen vascular completo tan pronto después del chequeo de abril ha mantenido la desconfianza. Para los analistas, la IVC, aunque manejable, es un indicio de un deterioro vascular que se suma al cuadro de salud general de un mandatario de su edad.
- . Lo que eleva el tema de la salud a una crisis política potencial es la correlación entre los problemas físicos y los patrones de comportamiento. Las especulaciones más serias, promovidas por analistas médicos y especialistas en salud mental, apuntan a un posible declive cognitivo temprano o un deterioro neurológico.
Comportamiento Errático: Se han multiplicado los incidentes de discursos incoherentes, declaraciones sin sentido, confusiones terminológicas (como al referirse al hábeas corpus) y mensajes públicos que parecen fuera de lugar o confusos.
Análisis Psicológico: Psicólogos y expertos han señalado públicamente un deterioro notable en el control motor, el lenguaje y la impulsividad del presidente, en comparación con su estándar incluso en su primer mandato. Si bien estos expertos no tienen acceso a su historial clínico, el análisis de sus apariciones públicas ha sido suficiente para encender las alarmas sobre su capacidad de discernimiento.
- El Contexto Político: «La Ficción Médica» El momento del nuevo examen médico no es casual. Coincide con planes de viaje a una zona de conflicto (Medio Oriente para discutir Gaza), lo que subraya la necesidad de proyectar una imagen de fortaleza y estabilidad.
La principal inquietud noticiosa radica en la «ficción médica» que, según los críticos, se está intentando sostener:
Transparencia vs. Normalización: La Administración opta por ser transparente sobre diagnósticos como la IVC para desmentir rumores, pero minimiza las implicaciones y silencia las preocupaciones sobre la esfera cognitiva.
Riesgo de Estado: La pregunta central, que trasciende la política partidista, es si un presidente que presenta dificultades visibles en el control físico, y que es públicamente acusado de confundir «lo real y lo ficticio» o de desconocer términos fundamentales de la Constitución, es plenamente apto para tomar decisiones críticas que impactan la seguridad nacional e internacional.
En este contexto, el resultado del chequeo médico inminente es más que un informe de salud; es un documento de interés público crucial que podría determinar la fragilidad y la estabilidad del aparato presidencial en los meses venideros. La vigilancia de los medios y el Congreso se enfoca ahora en qué tan profundo es el deterioro y quién, realmente, está tomando las decisiones.
-Luis Rodriguez Salcedo para TeclaLibre-
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