Gran parte de Estados Unidos está temblando a causa de un frío brutal mientras la mayor parte del resto del mundo siente un clima inusualmente cálido. Por extraña que parezca, esa contradicción encaja perfectamente en las explicaciones de lo que el cambio climático está provocando en la Tierra, según los científicos.
En un mapa de las temperaturas mundiales de los últimos días, grandes porciones del mundo —el Ártico, Asia, partes de África, Oriente Medio y Sudamérica— aparecen en rojo oscuro, lo que significa alrededor de 7 grados Celsius —o 12 grados Fahrenheit— por encima de la media de finales del siglo XX. Pero Estados Unidos destaca como una mancha de color púrpura azulado, sólo que por lo frío.
La sensación térmica en algunas zonas de Dakota del Norte alcanzó los 56 °C bajo cero (70 °F bajo cero), mientras que en Miami fue de 33 °C (92 °F). El cuarto partido de fútbol americano más frío en la historia de la NFL se disputó en Kansas City, mientras que en el resto del mundo el termómetro marcó el viernes nada menos que 33 °C (92 °F), que son 6,8 °C (12 °F) más que la media durante el Abierto de Australia en Melbourne. Durante la noche se batieron récords de temperaturas cálidas en Aruba, Curazao, algunas zonas de Argentina, Omán e Irán.
Los casos en los que el clima fue más cálido de lo habitual se registraron tanto en el hemisferio sur, donde es verano, como en el hemisferio norte, que está en invierno. Por ejemplo, Omán, en el norte, tuvo la noche de enero más cálida de su historia, con 26,4 °C (79,5 °F). Argentina, en el sur, registró el récord de la noche más cálida de enero, con 27,3 °C (81,1 °F).
Si parece que el mundo se ha vuelto del revés, en cierto modo es así. Porque todo esto se debe a lo que está ocurriendo en el Ártico, que solía calentarse dos veces más rápido que el resto del planeta. Ahora, se está calentando de tres a cuatro veces más rápido.
“Cuando el Ártico se calienta más de la cuenta (como ahora), es más probable que el frío intenso invada lugares como Texas, que no están preparados para afrontarlo”, explica Jennifer Francis, climatóloga del Centro de Investigación Woodwell y pionera en la teoría de la amplificación del Ártico, que vincula los brotes de frío con el cambio climático. “El rápido calentamiento del Ártico es uno de los síntomas más claros del cambio climático provocado por el ser humano, que hace más probables los inviernos extremos incluso cuando el planeta se calienta en general”.
La forma en que el frío nos está invadiendo es a través de una frase meteorológica cada vez más familiar para los estadounidenses: El vórtice polar. Es un término meteorológico que se remonta a 1853, pero que sólo se ha utilizado con frecuencia durante la última década.
Esto podría deberse a que las olas de frío se están dando con más frecuencia, según el experto en meteorología invernal Judah Cohen, de Atmospheric Environmental Research, una empresa comercial ubicada a las afueras de Boston.
Según Cohen, el vórtice polar es un fenómeno meteorológico fuerte y helado que suele permanecer en la parte más septentrional del planeta, atrapado por fuertes vientos a su alrededor.
Es como si una patinadora sobre hielo girara rápidamente con los brazos recogidos. Pero cuando el vórtice polar se debilita, los brazos empiezan a extenderse, la patinadora resbala y “todo el aire frío se desprende del centro del vórtice polar”, explicó Cohen.
El actual brote de frío es coherente con el cambio ártico y el vórtice polar, dijo Cohen. “Lo que hemos descubierto es que cuando el vórtice polar se estira como una goma elástica, es mucho más probable que se produzcan condiciones meteorológicas invernales extremas en Estados Unidos. Ahí es donde tiende a concentrarse y en enero tenemos un caso extremo de ese estiramiento del vórtice polar”.
Este es más fuerte y puede durar más que la mayoría, dijo Cohen.
Cohen y otros han realizado estudios que demuestran que los episodios de vórtice polar se han hecho más frecuentes en las últimas décadas.
La idea es que la corriente en chorro —la circulación de aire superior que altera el clima— es más ondulada con el calentamiento global amplificado, dijo el climatólogo Steve Vavrus, de la Universidad de Wisconsin campus Madison. Y esos cambios ondulatorios en el aire superior sacan al vórtice polar de su lugar y lo dirigen hacia Estados Unidos, explicó Cohen.
Es una teoría que aún está siendo debatida por los climatólogos, pero es cada vez más aceptada. Al principio, Vavrus y Francis teorizaron que se debía al deshielo del mar Ártico, que provocaba cambios en la presión baromética. Ahora, varios científicos afirman que es más complicado, aunque sigue estando relacionado con el cambio climático y el sobrecalentamiento del Ártico, en el que también influyen otros factores como la capa de nieve siberiana y otras ondas atmosféricas.
“Para mí, lo más importante ahora mismo es que la amplificación del Ártico está ocurriendo y tiene interacciones complejas dentro de nuestro sistema climático. El invierno siempre nos traerá un clima frío, pero al igual que la estación cálida puede estar cambiando aspectos que entendemos y aspectos sobre los que aún estamos aprendiendo”, dijo el profesor de meteorología Marshall Shepherd, de la Universidad de Georgia. “A diferencia del eslogan de Las Vegas, lo que ocurre en el Ártico no se queda en el Ártico”.
Pensemos en lo que está ocurriendo como una orquesta que hace una sinfonía, y “lo que está impulsando a todos esos instrumentos de orquesta es un planeta que se calienta”, dijo el profesor de meteorología de la Universidad del Norte de Illinois Victor Gensini.
Gensini y Cohen afirmaron que esta ola de frío en Estados Unidos se desvanecerá en varios días para ser sustituida por un tiempo inusualmente cálido, debido al cambio climático. Pero otro vórtice polar parece que llegará a finales de mes, aunque no tan fuerte como éste, indicaron.
A pesar del frío estadounidense, la temperatura media global de la Tierra sigue coqueteando con los récords diarios, semanales y mensuales, como lo ha estado haciendo durante más de siete meses. Esto se debe a que Estados Unidos sólo representa el 2% de la superficie terrestre, explican los científicos.
“En lugares como Chicago, Denver, Lincoln, Omaha, Oklahoma City, Dallas o Houston, todos lo estamos experimentando”, dijo Gensini, quien afirmó que la temperatura afuera de su ventana el martes era de 6 grados Fahrenheit bajo cero. “Si se mira a escala mundial, somos una burbuja aislada”.