Italia inauguró en el norte de Albania dos controvertidos centros para identificar y expulsar a migrantes irregulares. El Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni busca de esta forma acelerar las gestiones migratorias. La instalación de estos lugares es el fruto de un polémico acuerdo con Albania, que permite llevar al suelo albanés los trámites de solicitud de asilo y posible repatriación de personas rescatadas en el Mediterráneo. La iniciativa es solo la última de una serie de peticiones hechas a este pequeño país por parte de naciones occidentales más ricas. France 24 visitó de forma exclusiva uno de estos recintos, cuyos detractores describen como una «prisión».