-Resumen Analítico de un artículo de Bernardo Vega, historiador y economista dominicano-
El expresidente Donald Trump ha retomado con fuerza su discurso antiinmigrante, implementando deportaciones masivas desde estados como California hacia México y otros países de origen. Vega advierte que, aunque la opinión pública estadounidense apoya en gran medida estas medidas, existe más compasión hacia inmigrantes con lazos familiares, larga residencia y conducta intachable. Sin embargo, Trump aprovecha errores simbólicos de los manifestantes —como portar banderas extranjeras— para justificar acciones más severas, acusándolos de “invasores”.
Trump plantea el uso de la Guardia Nacional y de tropas de Infantería de Marina sin autorización estatal, lo cual contradice leyes federales que prohíben el uso militar contra civiles dentro del país. Vega denuncia esta ilegalidad y el tono belicista de una política que militariza un problema social.
El autor resalta la importancia del lenguaje en el discurso migratorio. A raíz de una intervención ciudadana en una charla en Nueva York, Vega abandonó el uso del término «ilegal», por su carga peyorativa. Plantea que ser “indocumentado” no equivale a ser “criminal”, como sugiere Trump.
Se observa que la comunidad dominicana en EE. UU., a diferencia de otras, ha evitado usar símbolos patrios en protestas, lo cual considera una estrategia inteligente. Esta contención, dice, evita dar argumentos a quienes buscan criminalizar la inmigración.
Vega advierte que la política de deportaciones y posibles impuestos a las remesas afectarán directamente a la economía dominicana. También teme que una recesión en EE. UU. repercuta en la inversión extranjera directa hacia el país.
El autor anticipa que EE. UU. buscará presionar a países latinoamericanos, incluida República Dominicana, para frenar vínculos económicos con China. Explica que empresarios chinos ya planean producir en México o incluso en Santo Domingo para evadir los aranceles norteamericanos aplicados a productos hechos en China, lo que podría generar tensiones comerciales y geopolíticas con Washington.
Bernardo Vega traza una línea clara entre la estrategia electoral de Trump y su política migratoria. A su juicio, las deportaciones y la retórica antiinmigrante no solo responden a razones de seguridad o legalidad, sino a un uso cínico del miedo y del nacionalismo para ocultar otras políticas impopulares, como recortes sociales y reformas fiscales regresivas. Además, advierte que la presión geoeconómica de EE. UU. frente a China podría convertirse en un problema inmediato para países del Caribe, en particular la República Dominicana.
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