“Que hablen de mí, aunque sea mal”. La campaña de Donald Trump tiene muy claro ese principio publicitario y lo aplica a ultranza. Este domingo, el “número dos” del candidato presidencial republicano, J. D. Vance, ha vuelto a repetir en las cadenas de televisión nacionales el bulo, difundido por su jefe en el debate presidencial del pasado martes ―y desmentido una y otra vez― de que inmigrantes haitianos en la ciudad de Springfield, en Ohio, se comen las mascotas de sus vecinos. Y ha dejado claro que lo seguirá haciendo; que difundirlo forma parte de una estrategia electoral y que está consiguiendo los resultados que busca.
“Los medios estadounidenses no habían hecho absolutamente ningún caso a este asunto hasta que Donald Trump y yo empezamos a hablar sobre memes de gatos. Si tengo que crear historias para que los medios estadounidenses presten atención al sufrimiento del pueblo estadounidense, eso es lo que voy a hacer”, ha declarado Vance, también senador por Ohio, en el programa State of the Union de la cadena CNN.
Trump y su candidato a vicepresidente habían difundido los rumores en sus cuentas de redes sociales a principios de esta semana. El propio Vance admitía en sus comentarios que podían no ser verdad, pero instaba a sus seguidores a difundirlos. El ex presidente terminó de hacerlos famosos cuando los repitió, como si fuesen ciertos, durante su debate televisado contra su rival demócrata, Kamala Harris.
Desde entonces, varias escuelas y hospitales de Springfield, una pequeña ciudad de 60.000 habitantes en el sur de Ohio, han recibido una serie de amenazas de bombas que les han obligado a interrumpir sus actividades. El sábado la universidad local de Wittenberg recibía una llamada anónima que advertía de un posible tiroteo el domingo, en un mensaje dirigido específicamente a los miembros haitianos de la comunidad.
Presionado por la presentadora Dana Bash, que le puntualizó que “usted acaba de decir que ha creado esta historia”, el aspirante a vicepresidente republicano defendió que ha recibido la información de “relatos de primera mano de mis votantes”.
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“Digo que estamos creando una historia y quiero decir que estamos creando que los medios estadounidenses se centren en ella. Yo no he creado que 20.000 migrantes ilegales hayan llegado a Springfield gracias a las políticas de Kamala Harris. Han sido sus políticas las que han hecho eso. Pero sí, hemos creado el foco que ha permitido que los estadounidenses hablen de esta historia, y del sufrimiento causado por las políticas de Kamala Harris”.
Al difundir el bulo, y forzar a los medios a cubrirlo, aunque sea para desmontarlo, la estrategia republicana consigue que el debate público se centre en la inmigración, un asunto que favorece a los republicanos en las elecciones del 5 de noviembre. Al mismo tiempo, deja de hablarse de otros asuntos en la campaña que favorecen a los demócratas, como el derecho al aborto. Y queda en segundo plano la intervención de Trump en el debate presidencial del pasado martes, que la mayoría de los votantes consideran que perdió: una encuesta de Ipsos para la cadena ABC encuentra que el 58% declara a Harris como la ganadora, por un 36% que cree que el republicano estuvo mejor.
En otra entrevista también este domingo, Vance volvía a enrocarse en sus declaraciones. “No estoy repitiendo [los rumores] porque me los haya sacado de la manga. Los estoy repitiendo porque mis votantes dicen que estas cosas están ocurriendo”.
Entre 12.000 y 15.000 inmigrantes haitianos se encuentran afincados de manera legal en Springfield, como parte de un programa de acogida que les otorga permiso de trabajo temporalmente mientras su país se encuentra en crisis.
Las autoridades locales han negado rotundamente las acusaciones difundidas por Vance y Trump. Han pedido a ambos que dejen de repetir esos bulos y, en cambio, contribuyan a una mejor integración de esos trabajadores. Una investigación de las llamadas al número de emergencias en Springfield solo ha detectado dos relacionadas con la desaparición misteriosa de animales, sobre la captura de gansos en el estanque local, pero la policía local precisa que ni siquiera esas dos denuncias se han corroborado.
El gobernador de Ohio, el republicano Mike DeWine, insistía en que no hay “absolutamente” ninguna prueba de que los inmigrantes haitianos estén comiendo mascotas. El debate al respecto, ha asegurado, “tiene que acabar”. Según ha precisado, ya se ha visto a grupos extremistas aparecer en Springfield como resultado de la polémica. “Los haitianos que están en Springfield están legalmente. Han venido a Springfield a trabajar. Ohio está progresando Y Springfield está consiguiendo un gran resurgimiento”, ha subrayado.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, por su parte, declaraba en la cadena NBC que “la comunidad y las personas muy reales que tienen que vérselas con cosas de verdad muy desagradables ahora mismo, como las amenazas de bomba, están siendo afectadas como parte de una estrategia de una campaña que quiere hablar de cualquier cosa menos su verdadero programa y su verdadera gestión”.