Por Luis Rodríguez Salcedo
10 de abril de 2025
La guerra comercial entre Estados Unidos y China alcanzó un nuevo pico de tensión este jueves, luego de que el presidente Donald Trump anunciara un aumento drástico de los aranceles a las importaciones chinas, llevándolos hasta un 145% en algunos rubros. El gobierno estadounidense justificó la medida alegando la necesidad de proteger su industria local y combatir el tráfico de fentanilo.
China respondió con igual contundencia: impuso aranceles de hasta un 15% sobre productos clave como carbón, gas natural y automóviles estadounidenses. Además, inició investigaciones regulatorias contra gigantes tecnológicos como Google, y empresas industriales como DuPont.
Los mercados internacionales reaccionaron con preocupación ante la escalada. Analistas advierten que una prolongación de este conflicto podría desestabilizar el comercio mundial y desacelerar el crecimiento económico global.
China, por su parte, continúa fortaleciendo su poder manufacturero con una inversión de más de 1.9 billones de dólares en los últimos cuatro años, una estrategia que le permite posicionarse agresivamente en los mercados globales con productos de bajo costo.
Mientras tanto, líderes empresariales en ambos países piden cautela y diálogo, temiendo que esta guerra de tarifas pueda convertirse en un daño autoinfligido con consecuencias duraderas.
LRS