-¿Y este quién es? Extranjero búlgaro “tomó prestada” una playa en Samaná y nadie sabe cómo llegó ni por qué sigue ahí-
Redaccion Teclalibre.- Santa Bárbara de Samaná. Como si se tratara del viejo Oeste —pero con acento búlgaro—, un ciudadano extranjero decidió instalar su propio feudo playero en Playa Puerto Escondido, armando rancho por su cuenta y convirtiendo ese rincón turístico en un improvisado zoológico, con más de 20 perros, gallinas, cuchillos, hamacas y una buena dosis de basura y caos ambiental.
El Ayuntamiento Municipal de Samaná, ejecutó esta semana un operativo de “rescate” del espacio público que había sido tomado sin permiso alguno por este personaje europeo, cuya identidad ni la Dirección General de Migración se atrevió a revelar.
“Samaná no puede permitir que este tipo de situaciones afecten nuestra imagen ni el bienestar de nuestra gente”, expresó el alcalde Núñez, visiblemente indignado ante lo que a todas luces es una muestra más del desorden migratorio que reina en algunos puntos turísticos del país.
El operativo, que se realizó con personal del cabildo y el acompañamiento de Migración, no logró esclarecer quién es realmente el ocupante búlgaro, ni bajo qué estatus vive en el país, aunque testigos aseguran que lleva meses instalado en plena playa sin que nadie —hasta ahora— hiciera nada.
Entre los objetos decomisados se encontraron cuchillos, utensilios de cocina, desechos sólidos y una verdadera comunidad canina improvisada. ¿Turismo responsable? ¿Control migratorio? Parece que en esa esquina de la República Dominicana, cada quien hace lo que le da la gana mientras las autoridades miran para otro lado.
El Ayuntamiento hizo un llamado urgente a los organismos competentes para que se investigue la procedencia del ciudadano y se defina si su presencia en el país es legal. Porque si ni siquiera Migración puede decir su nombre, ¿entonces quién está vigilando nuestras playas?
El cabildo reiteró su compromiso con la recuperación de espacios públicos y el orden en zonas turísticas, pero la gran pregunta sigue flotando en el aire del malecón de Samaná:
¿Cómo un extranjero logra apropiarse de una playa sin que nadie se entere… hasta que ya es demasiado tarde?
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