Israel esta anunciando que está acumulando fuerzas cerca de Gaza para construir una base militar para miles de soldados. Israel va a responder de manera severa y agresiva y que habrá más pérdidas de vida. Richard Hecht, el portavoz del ejército israelí anuncia: «Todos deberíamos cambiar el paradigma aquí, la movilización masiva significa que el ejército está estirado para entrar en Gaza, dejando artículos con armas más antiguas en otras partes».
Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, lo ha advertido: “Israel ganará esta guerra y el mundo entero lo hará”. Israel se prepara para la invasión de Gaza, que tanto Irán como gran parte del mundo islámico le ha avisado de no hacer. Israel tiene ya el beneplácito de Estados Unidos por parte del propio Joe Biden, con quien mantenía una conversación esta madrugada, mientras el mundo económico mira al petróleo y cómo la respuesta de Irán en el estrecho de Ormuz, donde controla un tercio del petróleo mundial, puede llevar a los 200 dólares el barril, algo que Putin con la guerra de Ucrania y los recortes de producción no había logrado.
El temor a una nueva crisis como la de 1973 en los carburantes, además del lío en torno a la propia guerra en Israel y Gaza, sin embargo, no parece afectar a los mercados, que más bien celebran que este nuevo foco de conflicto geopolítico podría hacer que la FED tuviera, por fin, que detener las subidas de tipos e iniciar la ansiada pausa en las próximas reuniones de la Reserva Federal.
Las respuestas de los diferentes actores geopolíticos y el posicionamiento en el conflicto se suceden, mientras en Europa se produce una nueva división: la suspensión de las ayudas económicas a Palestina, que coinciden con el sitio de Gaza por parte de Israel, han levantado la polémica en el Viejo Continente mientras a la Unión Europea se le plantea el reto de no repetir ahora los mismos errores cometidos con Rusia y las sanciones fallidas en torno a la guerra de Ucrania.
