«Jeff Bezos es muy amable», dijo Trump a la prensa al emprender un viaje a Michigan para un mitin conmemorativo de los primeros 100 días de su segundo mandato. «Resolvió el problema muy rápido. Hizo lo correcto. Buen tipo».

Este arco argumental entre el Sr. Trump y el Sr. Bezos, que se desarrolló en tan solo unas horas, parecía revelador. El magnate de Amazon se encuentra entre los multimillonarios que han hecho todo lo posible para congraciarse con la Casa Blanca. El Sr. Trump, a su vez, ha logrado cortejar a estos multimillonarios prometiéndoles que sería mejor para los negocios. Y, sin embargo, ante la primera señal de que el Sr. Bezos podría estar priorizando sus intereses comerciales de una manera que perjudicaría la fortuna política del Sr. Trump, la Casa Blanca no dudó en arremeter públicamente.

Y pareció haber tenido el efecto deseado.

La Sra. Leavitt arremetió contra Amazon el martes por la mañana junto al secretario del Tesoro, Scott Bessent. Dijo que acababa de hablar por teléfono con el presidente sobre el informe Punchbowl y, durante su sesión informativa, también preguntó en voz alta por qué Amazon no había tomado medidas similares cuando los precios subieron durante la administración Biden debido a la inflación.

La Sra. Leavitt dijo que «no era una sorpresa» que viniera de Amazon, mientras sostenía una copia de un artículo de Reuters de 2021 con el titular «Amazon se asoció con el brazo propagandístico de China».

Posteriormente, un portavoz de Amazon declaró que la compañía había considerado una idea similar a la del informe de Punchbowl, pero solo en una nueva sección experimental de su sitio web, Amazon Haul, que compite con Temu, un minorista chino. Temu realiza envíos directos principalmente a los consumidores y ha comenzado a mostrar «cargos de importación» para reflejar el fin de una laguna legal aduanera que eximía de aranceles a los artículos de bajo precio.