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Mario Benedetti: poeta uruguayo, ‘desexiliado’

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Mario Benedetti  nació el 14 de septiembre de 1920,  en Paso de los Toros, Tacuarembó, Uruguay. Bautizado con cinco nombres como si fuera poco: Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia.

 

Educado en un colegio alemán, pertenece a la generación del 45, cultivó varios géneros literarios, destacándose en la poesía, el ensayo, el cuento, el drama y la novela corta donde intentaba plasmar la realidad de la clase media de Montevideo. Falleció el 17 de mayo del 2009.

 

Tuvo un largo exilio, durante la dictadura militar uruguaya que ocurrió en 1973, casi doce años alejado de su país y de su esposa quien quedó cuidando a las madres de ambos; Argentina, Perú, Cuba y España, fueron los lugares; a su regreso a Montevideo se consideraba desexiliado este periodo dejó profundas huellas en su vida y en su literatura, publica obras que reflejaban sus vivencias y el contexto político de su tiempo.

Para Benedetti, regresar a Uruguay en 1985 significaba un re-adaptación, una re-afirmación de su identidad,  reconocerse con su gente, su cultura y su obra en un ambiente de libertades cívicas, en especial de expresión. En este sentido, la idea del desexilio también puede ser entendida como un acto de resistencia y re-afirmación de la identidad, así como una celebración de la vida y la literatura.

Carlos Mazzeo, poeta y periodista uruguayo considera a Mario Benedetti como «un exquisito de las letras y que escribía en uruguayo, hay poemas de Mario que trascendieron el papel para volverse canción, como todos sabemos, la canción se tararea, muchas canciones han quedado inmortalizados como la canción Te quiero»

Tus manos son mi caricia

mis acordes cotidianos

te quiero porque tus manos

trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos.

****

PAUSA es un poema al cual siempre recurro para frenarme en la rutina vertiginosa de estos tiempos modernos, sugiere que hagamos una parada, un alto que nos lleve al auto-conocimiento.

De vez en cuando hay que hacer

una pausa

contemplarse a sí mismo

sin la fruición cotidiana

examinar el pasado

rubro por rubro

etapa por etapa

baldosa por baldosa

y no llorarse las mentiras

sino cantarse las verdades.

A la vez, este poema sugiere un análisis detallado y cuidadoso de nuestras experiencias pasadas. Cada «rubro», «etapa» y «baldosa» simboliza aspectos de nuestra vida que han contribuido a ser lo que somos.

«no llorarse las mentiras», me fascina,  pues muchas veces construimos lamentos y quejas y no reconocemos ni aceptamos la verdad, «sino cantarse las verdades» que afirmemos nuestras realidades aunque sean difíciles y dolorosas.

A pesar del sufrimiento, del dolor, del desarraigo, el poeta apuesta por la alegría: «defender la alegría como una bandera/ defenderla del rayo y la melancolía»  «…de las endemias y las academias/ defender la alegría como un destino»

DEFENSA DE LA ALEGRÍA

 Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas

defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias

y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y de la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría.

Me encanta esta dedicatoria para los cumpleaños de Mario Benedetti.

ONOMÁSTICO

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
y aunque otros olviden tus festejos
las noches sin amor quedaron lejos
y lejos el pesar que desalienta

tu edad de otras edades se alimenta
no importa lo que digan los espejos
tus ojos todavía no están viejos
y miran, sin mirar, más de la cuenta

tu esperanza ya sabe su tamaño
y por eso no habrá quien la destruya
ya no te sentirás solo ni extraño

vida tuya tendrás y muerte tuya
ha pasado otro año, y otro año
le has ganado a tus sombras, aleluya.

Mario Benedetti. Las soledades de Babel. 1991.

PRIMAVERA CON UNA ESQUINA ROTA es una novela que Mario Benedetti escribió en Palma de Mallorca, durante un año desde octubre de 1980 a octubre del 1981.

Esta novela nos invita a la reflexión y al pensamiento desde su primer capítulo cuyo título es: Intramuros (Esta noche estoy solo):

Santiago Aguirre es un preso político de la dictadura uruguaya piensa un año antes de ser liberado que la soledad es buena para reflexionar y que no han sido demasiado tiempo cuatro años, cinco meses y catorce días para pensar en su mujer Graciela y su hija Beatriz y su padre Rafael.

Estuvo dos años sin ver el sol ni la luna y se encuentra feliz de escribir en noches de luna.

 Mercedes, la madre de Santiago había dicho que sería bueno morir escuchando alguna de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, el azar quiso que el 17 de junio de 1958, cuando estaba leyendo quedó inmóvil para siempre, en la radio estaba sonando la ‘primavera’, por eso esa palabra Primavera ha quedado ligada para siempre a su vida.

Don Rafael que aún vive es un sabio, un maestro que viene a ser el apoyo de todos, especialmente para Graciela y Beatriz cuando Santiago está preso.

Mario Benedetti logra penetrar en la psicología infantil de Beatriz y produce unos textos deliciosos, ricos… te invito a leerla!!

De «Primavera con una esquina rota» resumo de «Intramuros (esta noche estoy solo)

«La soledad es buena para reflexionar, lleva 4 años 5 meses y 14 días intramuros, aprovecha la iluminación de la luna para escribirle, en los dos primeros años de cautiverio ni siquiera tenía luna, pero no se queja, siempre hay alguien que está peor o peorísimo…dice él.

Paradójica mente, la cárcel es soportable, cuando se piensa desde fuera uno piensa que no la aguantaría, pero el cuerpo se acostumbra a los nuevos horarios, nuevas posturas, al nuevo ritmo de las necesidades, cansancios y descansos, hacer y no hacer, al principio, no toleras al compañero, luego es tu amigo (tu interlocutor); a veces la negación a compartir con el otro está «podridos de silencio».

Dos meses sin noticias, en el recreo se sabe quiénes han recibido cartas y quienes no, porque se iluminan los rostros, aunque quieran ocultarlo para no causarle tristeza a los que no recibieron. Pese a su capacidad de adaptación extraña saber cómo le va a Beatriz en la escuela y el viejo, son las faltas que ni su ánimo, ni su cuerpo, se han acostumbrado.

Benedetti era un genio, cuánta imaginación, cuánto talento, derroche de ternura en «Las estaciones» la niña Beatriz dice que no le gusta la primavera porque fue en esa estación que aprehendieron a su papá. Aprehendieron sin H es como ir a la escuela, pero con H es como ir a la policía.

Donde está su papá llegó justo el otoño y le escribió y le dice que está muy contento porque las hojas secas pasan entre los barrotes y él se imagina que son cartitas de Beatriz.

Mi resumen de Intramuros. El rio, de Mario Benedetti.

Viene del Rio Negro, cerca de Mercedes, de sus recuerdos de niño cuando pasaba las vacaciones de verano a casa de sus tíos; pone orden a sus recuerdos, pues cuando se concentra en el recuerdo de la amada al principio lo goza angustiosa y mentalmente pero luego se deprime y el bajón le dura horas… allí veía, olía, palpaba y gustaba de la naturaleza simplemente observaba. No leía ni jugaba. La vida pasaba sobre mí, de orilla a orilla…sentía ser parte de esa vida y llegaba a la extraña conclusión de que no debía ser aburrido ser pino o sauce o eucalipto.

OBRAS:

Escribe (Recuerdos olvidados, 1988, Viento del exilio, 1981 Primavera con una esquina rota, 1982, Las soledades de Babel, 1991, Preguntas al azar, 1986, El mundo que respiro, 2001, Insomnios y duermevelas, 2002, El porvenir de mi pasado, 2003, Existir todavía, 2004, Adioses y bienvenidas, 2005, Testigo de uno mismo, 2008), narrativa (Geografías, 1984, La borra del café, 1992, Andamios, 1996), y ensayística (Perplejidades de fin de siglo, 1993) que disfruta de un reconocimiento internacional merecedor de innumerables premios y galardones.

‘El cumpleaños de Juan Ángel’, novela en verso de Mario Benedetti:

El protagonista, Osvaldo Puente (que más tarde se transformará en Juan Ángel, nombre de guerra), miembro de la decisiva clase media montevideana, celebra su cumpleaños; pero a medida que transcurren las horas de esa única jornada, va cambiando también la edad del personaje, que acabará integrándose en la guerrilla urbana.

La brevedad de la obra, su transparente simbolismo, la belleza del lenguaje en que está escrita, la rabia y la indignación que subyacen bajo el humor del primer término, convierten a El cumpleaños de Juan Ángel en una pequeña joya literaria.

****

La noche de los feos, cuento.

Un hombre y una mujer, con cicatrices visibles en su cara, se conocen en una tarde de cine.  Pero cuando deciden salir juntos a tomar un café, se enfrentan a las miradas de una sociedad que los juzga y los señala.

y un poema que debemos tener siempre presente:

«No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se esconda y se calle el viento…»

 

 

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