-Putin y Trump: ¿Un «diálogo franco» o una coreografía cuidadosamente ensayada?-
Vladímir Putin, tras una «sesión de terapia» de dos horas con Donald Trump, nos asegura que todo fue «franco e informativo». ¡Qué alivio! Aparentemente, Trump, el adalid de la diplomacia, ha dado su bendición a las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Putin, conmovido, agradeció el «apoyo» y promete trabajar en un «memorándum» para un tratado de paz. ¿Será que veremos palomas blancas volando sobre el Kremlin?
Según Putin, las conversaciones en Estambul son una señal de que «vamos por buen camino». ¡Claro que sí! Un camino pavimentado con promesas y buenas intenciones. Solo falta que Ucrania, esa nación testaruda, acepte los «compromisos» que «convienen a todas las partes». ¿Y cuáles son esos compromisos? Ah, eso es un «secreto de Estado», suponemos.
Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, nos ilumina sobre la «neutralidad» de Trump, en contraste con los «descaradamente proucranianos» europeos. ¡Qué perspicacia! Solo un mediador que esté a «la misma distancia» de ambos bandos puede traer la paz. Es decir, un mediador que no tenga ninguna opinión al respecto.
Antes de la llamada, Peskov, con su habitual optimismo, declaró que si la «mediación estadounidense» ayuda a Rusia a «conseguir sus objetivos por medios pacíficos», ¡sería maravilloso! ¿Objetivos pacíficos? ¿Como la desmilitarización de Ucrania y la anexión de territorios? ¡Qué nobleza!
Y para añadir drama a la función, J.D. Vance nos informa que hay un «punto muerto» en las conversaciones. ¡Qué sorpresa! ¿Será que alguien está jugando a dos bandas? ¿O es solo una puesta en escena para mantenernos entretenidos?
En resumen, esta noticia parece un guión de una película de espías, con mucho diálogo y poca acción real. ¿Será que estamos presenciando el nacimiento de una nueva era de «amistad» entre Rusia y Estados Unidos? ¿O es solo una ilusión pasajera? Solo el tiempo (y los titulares de mañana) lo dirán.
