-Ramaphosa a Trump: “Lo siento, no tengo un avión para regalarle”-
Washington, D.C.- En un momento que mezcló diplomacia con humor —y quizás un poco de envidia aeronáutica— el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, soltó una broma durante su visita al Despacho Oval:
“Lo siento, no tengo un avión para darle”, dijo Ramaphosa, arrancando carcajadas entre los presentes, incluido el propio Donald Trump.
La respuesta del expresidente estadounidense no se hizo esperar: “¡Ojalá lo tuviera usted! Lo aceptaría”, dijo entre risas. Y como quien deja caer una indirecta, remató: “Si su país le ofreciera un avión a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, lo aceptaría”.
Y es que no se trataba de un simple chiste diplomático. El comentario coincidió con la confirmación del Pentágono de que la Administración Trump había aceptado oficialmente un lujoso Boeing 747-8 ofrecido por Catar. Un “palacio volador” de unos 400 millones de dólares que ha levantado más de una ceja entre los demócratas, quienes han insinuado que el regalo podría tener más turbulencias políticas que comodidades a bordo.
Pero Trump, fiel a su estilo sin filtros, no dudó en justificar la decisión: “Solo un tonto no aceptaría este regalo en favor de su país”.
Así, entre bromas, regalos millonarios y diplomacia a la Trump, queda claro que en la geopolítica actual, incluso los aviones presidenciales pueden terminar siendo parte del juego… y del espectáculo.
