-Sanabria Tarazona: ICE quiere “proteger” a un torturado… deportándolo al verdugo-
Por Luis Rodríguez Salcedo
Houston, Texas.- En un giro que sólo podría explicarse bajo la lógica kafkiana de la burocracia migratoria estadounidense, el activista venezolano Gregory Antonio Sanabria Tarazona, ex preso político torturado por el régimen de Nicolás Maduro, fue detenido la semana pasada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE)… para su “procesamiento migratorio”.
Sí, leyó bien: un hombre que pasó años encerrado en El Helicoide —el famoso spa del terror del Sebin—, fue arrestado en Houston mientras cumplía, como buen ciudadano solicitante de asilo, con su cita de control migratorio.
El premio por haber sobrevivido a la tortura: una celda de ICE
Sanabria Tarazona no llegó de forma irregular ni fue capturado en la frontera. Entró legalmente, está inscrito en el Estatus de Protección Temporal (TPS) y tenía audiencia de asilo programada. Pero al parecer, eso no basta para ganarse el beneficio de ser tratado como ser humano.
En cambio, fue escoltado hasta el Centro de Procesamiento Montgomery, donde ahora espera, esposado y fichado, la “gran oportunidad” de ser deportado a El Salvador —país que, según denuncian defensores de derechos humanos, se ha convertido en una especie de antesala para devolver disidentes al régimen venezolano sin dejar huellas.
Organismos como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, e incluso congresistas estadounidenses han saltado como muelles. Todos coinciden: deportar a Sanabria es enviar a un hombre de regreso al cuchillo que ya lo cortó.
Pero ICE, con la serenidad que otorgan los formularios y el aire acondicionado institucional, asegura que su caso será “debidamente evaluado”. Como si no lo hubiesen ya secuestrado administrativamente.
El caso es tan absurdo que uno no sabe si reír o llorar. Un hombre que pidió refugio para salvar su vida, termina encerrado por quienes promueven la libertad. La tierra de las oportunidades se convierte, para él, en la tierra de las puertas giratorias: sales de una celda en Caracas y entras en otra en Texas, pero con mejor colchón y sin electricidad en los testículos.
¿Es esta la política migratoria de un país que presume de ser bastión de los derechos humanos? ¿O simplemente un nuevo capítulo de la diplomacia selectiva, donde los “valientes exiliados” solo son bienvenidos si traen petróleo, dinero o votos?
Sanabria tiene audiencia en julio. Pero el riesgo no es solo la deportación, sino la estrategia perversa del “desespera y autodepórtate tú mismo”. Una técnica que combina frío, encierro, miedo y desesperanza hasta que el solicitante pida el pasaje de regreso al horror.
Mientras tanto, el gobierno de Maduro debe estar brindando. ¡Qué mejor regalo que recibir de vuelta, servidito por ICE, a uno de los que se atrevió a denunciar sus crímenes!
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