Putin tira la rama de olivo… con metralla adentro: “tregua” de 72 horas justo a tiempo para su desfile del Día de la Victoria
Moscú/Kiev.– En lo que muchos analistas llaman una jugada más simbólica que sincera, el presidente ruso Vladímir Putin anunció este lunes un alto el fuego unilateral de 72 horas en Ucrania, justo a tiempo para el Día de la Victoria, la más solemne y militarizada de las celebraciones rusas.
Según el Kremlin, el cese temporal de hostilidades se llevará a cabo del 7 al 10 de mayo “por motivos humanitarios”, coincidiendo con las festividades que conmemoran la victoria soviética sobre la Alemania nazi en 1945. Pero desde Kiev, el gesto fue recibido con escepticismo e incluso algo de burla. Para el gobierno ucraniano, la medida no es más que “una fachada útil para el teatro político y propagandístico del Kremlin”.
No es la primera vez que Putin mezcla pólvora con nostalgia. El 9 de mayo, Día de la Victoria, es en Rusia mucho más que una efeméride: es un acto de identidad nacional, un desfile del músculo militar y una plataforma perfecta para proyectar liderazgo interno. En plena guerra y con crecientes presiones internacionales, el presidente ruso parece aprovechar la fecha para mostrar al mundo que aún tiene la iniciativa, aunque sea simbólica.
Una tregua envuelta en banderas y tanques
En lugar de aceptar el plan más amplio propuesto por el expresidente estadounidense Donald Trump —un alto el fuego completo de 30 días—, el Kremlin optó por una pausa corta, unilateral y alineada milimétricamente con su calendario patriótico. El mensaje implícito parece claro: Rusia pone las condiciones, incluso para la paz.
“Putin no da puntada sin hilo”, opinó un diplomático europeo bajo anonimato. “Este tipo de gestos tienen más que ver con el espectáculo interno que con una verdadera voluntad de negociar”.
Y es que cada 9 de mayo, Moscú se transforma en una pasarela militar. Misiles, tanques, soldados y veteranos desfilan por la Plaza Roja bajo la atenta mirada del líder ruso, que aprovecha la fecha para reforzar su narrativa histórica: Rusia como salvadora de Europa del fascismo… y ahora, según él, enfrentando una nueva “amenaza nazi” en Ucrania.
¿Tregua o estrategia?
Mientras tanto, Ucrania sigue recelosa. Las autoridades de Kiev subrayan que una pausa tan corta no cambia el panorama humanitario ni militar y que aceptar ese gesto sería caer en la trampa del relato ruso. Además, temen que durante esos días la artillería rusa solo se detenga lo justo para reorganizarse y volver con más fuerza.
En otras palabras, una tregua envuelta en cintas tricolores, pero con dinamita debajo.