Este viernes 28 de febrero de 2025, se produjo un encuentro tenso en el Despacho Oval de la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Este evento marcó un momento crítico en las relaciones entre ambos líderes y sus respectivos países, en un contexto de negociaciones sobre la guerra en Ucrania y el papel de Estados Unidos en el conflicto.
Trump, tras una reunión que incluyó un intercambio acalorado frente a los medi»
La reunión tuvo lugar en Washington D.C., donde Zelenski había viajado con la intención de firmar un acuerdo económico relacionado con la explotación de recursos minerales críticos de Ucrania, un pacto que se esperaba fortaleciera las relaciones bilaterales tras años de apoyo militar estadounidense al país invadido por Rusia desde febrero de 2022. Sin embargo, las expectativas de un avance diplomático se desvanecieron rápidamente cuando la discusión escaló a un enfrentamiento público. Según reportes, el encuentro comenzó con un tono relativamente cordial, pero se deterioró en menos de 15 minutos, con Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, reprendiendo a Zelenski por lo que consideraron una postura «desagradecida» frente al apoyo brindado por Estados Unidos.
El intercambio más álgido ocurrió frente a las cámaras, cuando Trump acusó a Zelenski de «jugar con la Tercera Guerra Mundial» al presionar por garantías de seguridad más firmes, mientras Vance intervino para señalar que el líder ucraniano estaba siendo «irrespetuoso» al debatir públicamente con el presidente estadounidense. Zelenski, por su parte, defendió su posición, argumentando que Rusia, bajo el mando de Vladímir Putin, había incumplido acuerdos previos, como el alto el fuego de 2019, y que cualquier paz duradera requería garantías sólidas, no solo un cese temporal de hostilidades.
Tras el encuentro, Trump recurrió a su red social, Truth Social, para emitir un comunicado contundente: «Es increíble lo que sale a la luz a través de la emoción, y he determinado que el presidente Zelenski no está listo para la paz. Faltó el respeto a los Estados Unidos de América en su preciado Despacho Oval. Puede volver cuando esté listo para la paz». Este mensaje reflejó la postura del mandatario estadounidense, quien insistió en que no busca «ventajas» en las negociaciones, sino una paz rápida, y consideró las demandas de Zelenski como un obstáculo para ese objetivo.
Como resultado, la rueda de prensa conjunta programada entre ambos líderes fue cancelada, y Zelenski abandonó la Casa Blanca sin firmar el acuerdo sobre recursos minerales. Un portavoz de la administración estadounidense confirmó que el pacto, que preveía que Ucrania cediera a Estados Unidos el 50% de los ingresos futuros de sus recursos naturales, no se concretó. Este revés diplomático dejó en el aire el futuro de la relación entre Washington y Kiev, especialmente en un momento en que Trump ha priorizado negociaciones bilaterales con Rusia, excluyendo a Ucrania y a sus aliados europeos de las primeras rondas de diálogo.
La relación entre Trump y Zelenski ya venía marcada por desencuentros recientes. Días antes, el 19 de febrero, Trump había calificado a Zelenski de «dictador» por no celebrar elecciones durante la guerra (algo prohibido por la ley marcial ucraniana) y lo acusó de dificultar la paz al supuestamente desviar fondos estadounidenses. Zelenski respondió acusando a Trump de vivir en una «burbuja de desinformación» creada por Rusia, citando encuestas que muestran un respaldo del 57% entre los ucranianos según el Instituto Internacional de Sociología de Kiev, frente a las afirmaciones de Trump de que su aprobación era inferior al 5%.
Estos intercambios verbales reflejaron una creciente brecha entre ambos líderes, agravada por la decisión de Trump de iniciar negociaciones directas con Putin el 12 de febrero, sin consultar previamente a Ucrania ni a la Unión Europea. Esta estrategia ha generado preocupación en Kiev y entre los aliados europeos, quienes temen que un acuerdo entre Washington y Moscú pueda imponer condiciones desfavorables para Ucrania, como la cesión de territorios ocupados por Rusia.
La escena en la Casa Blanca ha sido descrita como «sin precedentes» por observadores internacionales, destacando la reprimenda pública de Trump y Vance a Zelenski. En Europa, líderes como Emmanuel Macron, Pedro Sánchez y Donald Tusk han expresado su apoyo a Ucrania, mientras planean reuniones con Trump para intentar influir en su enfoque hacia el conflicto. Macron, por ejemplo, habría mediado para que la visita de Zelenski no fuera cancelada previamente, según fuentes diplomáticas francesas.
En Ucrania, el incidente ha avivado el temor de que Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump, reduzca su apoyo militar y económico, dejando al país en una posición vulnerable frente a Rusia. Zelenski ha enfatizado que sin garantías de seguridad respaldadas por Estados Unidos, Europa no tendría la capacidad suficiente para disuadir futuras agresiones rusas, un punto que Trump rechazó al insistir en que la seguridad de Ucrania es responsabilidad europea.
Implicaciones futuras
El enfrentamiento del 28 de febrero pone en duda la viabilidad de un acuerdo de paz mediado por Estados Unidos en el corto plazo. Trump ha dejado claro que prioriza un cese rápido de las hostilidades sobre compromisos a largo plazo, mientras que Zelenski insiste en que cualquier paz debe ser «justa y duradera», con garantías que eviten que Rusia reanude el conflicto. La exclusión de Ucrania de las negociaciones iniciales con Rusia, combinada con este choque público, sugiere que las tensiones entre Washington y Kiev podrían profundizarse, mientras Europa busca un rol más activo para contrarrestar la influencia de un posible pacto Trump-Putin.
En resumen, la reunión en el Despacho Oval no solo fracasó en avanzar hacia una solución, sino que expuso las profundas diferencias entre Trump y Zelenski, dejando el futuro de Ucrania en un estado de incertidumbre mientras el tercer aniversario de la invasión rusa se conmemora este mismo día.