-Tragedia aérea en India: se estrella avión de Air India en Ahmedabad en medio de clima de tensión geopolítica-
Por Redacción de Teclalibre
Ahmedabad, India. – Una tragedia sacudió este jueves a la aviación civil india cuando un avión de pasajeros de Air India, con 242 personas a bordo, se estrelló pocos minutos después de despegar del aeropuerto internacional de Ahmedabad, en el oeste del país. El aparato, un Boeing 787 Dreamliner, tenía como destino Londres-Gatwick, pero apenas cinco minutos después del despegue, colapsó sobre la zona residencial de Meghani Nagar, provocando una intensa explosión seguida de un incendio de grandes proporciones.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) confirmó que entre los ocupantes del vuelo AI171 había 230 pasajeros, dos pilotos y 10 tripulantes. Aunque aún no se ha ofrecido un balance definitivo de víctimas, testigos afirman que el impacto y la posterior explosión dejaron escasas probabilidades de sobrevivientes.
Según reportes preliminares del diario Times of India, el avión transportaba una carga excesiva de combustible debido a la larga distancia del vuelo, lo que habría amplificado la explosión y el fuego que envolvió a la aeronave tras el impacto.
Aunque las autoridades aún manejan el siniestro como un accidente técnico, lo ocurrido no puede desligarse completamente del contexto de alta tensión que vive India, tanto en el frente interno como externo. La relación entre India y Pakistán atraviesa un nuevo ciclo de desconfianza mutua, alimentada por recientes escaramuzas fronterizas y acusaciones cruzadas sobre operaciones encubiertas.
El incidente ocurre apenas días después de que Nueva Delhi acusara a Islamabad de estar detrás de redes de espionaje que operan en el oeste de la India, precisamente en el corredor aéreo que conecta Gujarat con la frontera pakistaní. En este entorno de suspicacias, la caída de un avión de bandera nacional en pleno territorio urbano no pasa inadvertida, especialmente considerando los antecedentes de sabotajes encubiertos en la región.
Hasta el momento, no se han encontrado indicios directos de intervención externa, pero el Ministerio de Defensa de la India ha solicitado un informe de inteligencia paralelo para descartar cualquier interferencia hostil o cibernética en los sistemas de navegación de la aeronave.
El ministro de Aviación Civil, Ram Mohan Naidu Kinjarapu, expresó estar “conmocionado y devastado” y aseguró que se ha activado una respuesta nacional de emergencia. “Estamos en alerta máxima. Todas las agencias están movilizadas para ofrecer asistencia médica y técnica inmediata”, afirmó.
Por su parte, el presidente de Air India, Natarajan Chandrasekaran, calificó el hecho como un “trágico accidente” y ofreció condolencias a las familias de las víctimas, asegurando que la aerolínea colaborará plenamente con las autoridades investigadoras.
Mientras las autoridades indias mantienen la hipótesis de una falla técnica o sobrecarga, expertos consultados por medios locales no descartan revisar con profundidad los protocolos de seguridad, el historial del avión y las condiciones del despegue, en un contexto donde las vulnerabilidades en infraestructura y las alertas cibernéticas han sido objeto de informes confidenciales en los últimos meses.
Este accidente no solo pone en evidencia la fragilidad de la seguridad aérea india, sino que revive temores sobre la posibilidad de que actores regionales intenten desestabilizar al país mediante medios no convencionales, justo cuando la India se perfila como un actor global clave en medio del reacomodo de fuerzas en Asia.
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