-Washington apunta a las sombras corporativas chinas con nuevas restricciones tecnológicas-
La administración Trump parece decidida a cerrar los resquicios legales que han permitido a empresas chinas sancionadas seguir haciendo negocios internacionales… bajo otros nombres. Según reportes de Bloomberg citando fuentes cercanas al asunto, funcionarios estadounidenses afinan una normativa que, con precisión quirúrgica (y oportunismo político), pretende aplicar controles también a las subsidiarias de empresas ya castigadas.
La medida, aún en proceso de redacción, impondría el requisito de obtener licencias del gobierno para cualquier transacción con firmas donde una empresa sancionada posea más del 50% del capital. La jugada, en teoría, cerraría el «escape por la puerta de atrás» que permitía a gigantes como Huawei o Yangtze Memory Technologies Co. seguir en el juego global a través de estructuras corporativas paralelas.
Aunque el texto aún podría sufrir modificaciones y su publicación, prevista para junio, es tan fija como una nube de verano, las implicaciones ya generan inquietud. Las restricciones no solo se aplicarían a las entidades que ya figuran en listas como la de Entidades, la de Usuarios Finales Militares y la de Nacionales Especialmente Designados, sino también a sus «parientes cercanos», por así decirlo.
En esencia, Washington parece enviar un mensaje claro: no basta con cambiar de sombrero; si tienes el mismo dueño, estás bajo vigilancia.
Todo esto sucede mientras una tregua arancelaria de 90 días —acordada con frágil diplomacia en Ginebra— intenta mantener las apariencias de un diálogo comercial en curso. Pero según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, las conversaciones están más congeladas que activas. Y con estas nuevas movidas, no parece que el deshielo esté cerca.
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